Las condiciones de la línea férrea Alcoy-Xàtiva hacen que sea una de las más lentas de toda España, tal y como refleja la Declaración sobre la Red del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), que acaba de ser actualizada. El organismo gestor fija en 85 kilómetros por hora la velocidad máxima de los trenes en este recorrido, prácticamente el valor más bajo en una línea de ancho ibérico con servicio regular de viajeros en todo el territorio nacional. Las únicas excepciones son una de las líneas de cercanías de Bilbao limitada a 80 y varios ramales de enlace de corta longitud en distintos puntos del país, donde los trenes no pueden rebasar los 70 o 60 kilómetros por hora.

El único caso realmente equiparable a la situación del ferrocarril que discurre entre Xàtiva y Alcoy es el de un tramo de la línea que une la localidad pacense de Zafra y Huelva, también limitado a 85 kilómetros por hora y cuyas características son bastante similares. En esta obligada lentitud de los trenes resultan determinantes las condiciones del trazado y la precariedad de las instalaciones técnicas y de seguridad. Así, tal y como recuerda Adif en su Declaración sobre la Red, la única línea férrea en activo de l’Alcoià y El Comtat tiene unas pendientes bastante significativas, de hasta 23 milésimas (es decir, del 2,3% si se extrapolara a la terminología habitual en una carretera) en sentido hacia Alcoy y 21 hacia Xàtiva.

Pero además, su sistema para controlar la circulación es el más básico, el bloqueo telefónico, en el que los operarios deben comprobar que la vía está libre previamente a emprender la marcha. Y a eso hay que añadir que el histórico abandono de las instalaciones de la línea ha dado lugar a que en los 64 kilómetros de la línea tan solo haya un punto donde es posible que se crucen dos trenes, en Ontinyent; el resto de las estaciones, salvo la de Alcoy que también cuenta con dos vías, y por supuesto la de Xàtiva, son en realidad apeaderos con una sola vía. Eso limita notablemente la velocidad máxima de los trenes, y también la capacidad de la línea, que es de solo 12 circulaciones al día.

La precaria situación de la línea es una constante desde que en diciembre de 1984 se dejara abierta a última hora después de haberse anunciado su cierre, y que las mínimas inversiones realizadas en 36 años hayan sido meros parches. Se supone, eso sí, que el panorama debe mejorar a corto plazo, con la instalación del sistema de Bloqueo de Liberación Automática en Vía Única (BLAU), anunciada el año pasado. Esa inversión, cuantificada en más de 7 millones de euros, permitiría a los trenes incrementar su velocidad, aparte de incrementar la seguridad en la circulación.

No obstante, para ello será necesario asimismo renovar la vía, que en algunos puntos aún data del primer tercio del siglo XX. Los trenes que circulan por esta línea pueden alcanzar los 140 kilómetros por hora, pero ahora apenas rebasan de media los 55. La sustitución de los viejos carriles por otros nuevos es otra de las inversiones anunciadas, valorada en 1,58 millones y que, de realizarse, sería un verdadero revulsivo.