La celebración del doscientos aniversario del movimiento ludita ha sido el momento perfecto para que «Alcoy en época de Fernando VII» vea la luz. Un libro realizado por el investigador alcoyano José María Soriano Bellver y editado por el Archico Municipal de Alcoy que describe los hechos ocurridos entre 1812 a 1833 y que pone especial hincapié en la importancia que el movimiento ludita tuvo en Alcoy así como las consecuencias ocasionadas. Estas revoluciones iniciadas en 1811 encabezadas por artesanos ingleses tenían como objetivo reivindicar la magnitud de la industrialización frente a la destrucción de empleo.
El ludismo tenía un claro objetivo, protestar ante la destrucción de empleo con la llegada de la maquinaria. En 1821, 1.200 hombres se presentaron en Alcoy con una misión extender este movimiento que había tenido su pistoletazo de salida en Inglaterra pero que pretendía conquistar todos los rincones. Un momento de mucha confrontación que puso en jaque a toda la ciudad, pero sobre todo a los empresarios que habían incorporado maquinaria a sus mercantiles. Un momento en el que como indica el director del Archivo Municipal, Josep Lluís Santonja, «tanto los empresarios como la gobernanza alcoyana tuvieron que reaccionar para poder alcanzar un pacto y que los revolucionarios no llegaran al centro de la ciudad donde se encontraban las grandes industria. Fruto de las reuniones y negociaciones se consiguió dar el alto al movimiento ludita con un pacto en el que los empresarios se comprometían a desmontar la maquinaria para que sus industrias no acaban destrozadas por las llamas».
Santonja asegura que «el compromiso se llevó a cabo y los empresarios obedecieron».
Momento de la condena
«Las consecuencias para estos revolucionarios llegaron cuando el Estado pudo ir a por ellos» ratifica Josep Lluís. De hecho el Archivo Municipal conserva actas en las que figuran los nombres de los represaliados entre los que destacan más de cien religiosos sobre todo franciscanos del convento de Cocentaina. En aquella época los religiosos eran los que más cerca estaban del pueblo y los que escuchan cómo la gente de la clase obrera temía por su trabajo.
Como indica Santonja «ya en aquellos años había mucha economía sumergida sobre todo en el cardado de la lana que se llevaba a cabo en las mismas casa de muchos de los municipios más cercanos a Alcoy. La mano de obra era más cara ya que el trabajo que suplían los telares en ocasiones eran equivalentes a seis personas por ello se veían amenazadas estas clases. Para tomar decisiones y expresar cómo se sentían se reunían en las iglesias, otra particularidad que se ha podido concluir a partir de las listas de represaliados».
A pesar de los esfuerzos que se hicieron para llegar a un acuerdo y alcanzar el pacto que hizo que las consecuencias registradas no fueran mayores, muchas de las industrias que estaban ubicadas en los alrededores del río acabaron completamente arrasadas.
Un capítulo que ya está disponible para todos los alcoyanos y que se puede disfrutar dentro de este libre que pone de manifiesto una etapa crucial dentro de la revolución industrial alcoyana y que fu una época complicada para los empresarios textiles.
