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MARTES SANTO

La noche de las imágenes de Castillo Lastrucci

El Cristo del Mar, San Juan de la Palma, el Ecce Homo y La Amargura, desfilaron por las calles

La noche de las imágenes de Castillo LastrucciRAFA ARJONES/inÉS caboT

La basílica de Santa María abrió ayer su cancela para dejar salir a una riada de penitentes vestidos de lino blanco que precedían a algunas de las más valiosas imágenes de la Semana Santa. Primero hizo aparición el Cristo del Mar, tallada por el escultor sevillano Castillo Lastrucci en 1942, luciendo en su frontal un relicario del siglo XVII y dentro la reliquia del apóstol San Felipe. Cuando ya bajaba por la calle Villavieja asomó por el templo el paso de palio de Nuestra Señora de los Dolores y San Juan de la Palma, el segundo más alto de España, y al que le costó salir. Los costaleros se arrodillaron y lo portaron así varios metros hasta alcanzar la calle en medio de un silencio solo roto por las órdenes del capataz. Al ver asomar el palio con la virgen, una talla napolitana del siglo XVI rescatada de una quema de conventos, el público apostado en la plaza respondió con vítores y aplausos, mientras sonaban las campanas y caía una lluvia de pétalos. Los costaleros iniciaron la procesión al ritmo corto de la marcha interpretada por la banda de cornetas y tambores Nuestro Padre Jesús de Callosa e hicieron volar el "manto de las palomas" que llevaba la virgen, llamado así por las 43 palomas que tiene, cosidas en plata con las alas al aire.

Fue una tarde de estrenos para este paso, que en su frontal llevó la imagen en plata de la patrona de Alicante, la Virgen del Remedio, y la reliquia del beato Castelló. Nueva era la parihuela -estructura del trono-y el baño de oro y pulido de la corona de la virgen, obra del nieto del orfebre de La Macarena de Sevilla, quien hizo también la candelería de 76 piezas en plata que se mecía por el fuerte viento de ayer, que apagó en seguida las velas de los distintos pasos. La imagen de San Juan, también de Castillo Lastrucci (1944), estrenó saya y mantolín, y el secretario llevó el nuevo Libro de Reglas de la hermandad. Sus custodios lucían nuevas varas de respeto en madera y plata, así como la presidencia. Una emocionada edil de Fiestas, Marta García Romeu, efectuó la primera llamada para alzar al Cristo del Mar y recibió como regalo una medalla de las camareras.

Mientras esta procesión descendía por el Casco Antiguo, la hermandad nazarena se preparaba para salir de la Concatedral de San Nicolás. Tras una misa, el obispo de la Diócesis, Rafael Palmero, encendió una vela con el cirio pascual y se la entregó al preso indultado por el Consejo de Ministros a petición de la hermandad nazarena. El joven, casado y padre de dos hijas, cometió un delito contra la salud pública en 2000, llevaba seis años en la cárcel de Villena y recuperó ayer su libertad tras la lectura del edicto por parte del consiliario. Tras darle un abrazo, el obispo invitó a todos a "hacer la procesión con sentido penitencial y de reflexión para orientar nuestros pasos y que seamos guiados por la luz del cirio de este hermano (el preso indultado) que inicia una nueva etapa de su vida", dijo, en un acto que terminó con una plegaria "por la seguridad de los sacerdotes y porque nunca falten ministros del evangelio".

El reo desfiló con la cara cubierta y con su cirio encendido acompañando a Nuestro Padre Jesús. La campana Nicolasa, la más grande la Concatedral, sonó para recibir al cristo, y a continuación salió la Santísima Virgen de las Penas, con el fajín y la medalla del que fuera alcalde Agatángelo Soler y estrenando saya. Su presencia fue recibida con el estreno de la marcha "Nuestra madre sube por Labradores", del compositor alicantino Óscar Ayelo, quien acompañó a los costaleros en la primera alzada del paso y después desfiló entre los dos tronos en la presidencia del cortejo junto al hermano mayor, los concejales Andrés Llorens y Sánchez Zaplana, y los hermanos de honor de la entidad fundada en 1942: la Guardia Civil, la Policía Nacional, Protección Civil y la CAM. La marcha siguió sonando al paso de la procesión por toda la calle Labradores, realzada por las cornetas y tambores de Yecla, la banda Ciudad de Asís y La Paz de Sant Joan.

También participó la cofradía franciscana del Ecce Homo y Nuestra Señora de la Amargura, creada por el padre Pedro Lozano, quien recuperó para la ciudad la advocación del Cristo de la Canyaeta. La procesión adelantó su desfile dos horas respecto a otros años para evitar parones durante el recorrido y antes de su inicio recordó a los hermanos fallecidos. Laboriosa fue la salida del Ecce Homo, primer paso de misterio (una escena completa de la vida de Jesús con varias imágenes entre las que aparece Pilatos) que se lleva con los costaleros por debajo del trono en Alicante. Le acompañaban un grupo de acólitos, al igual que a Nuestra Señora de la Amargura. Ambos pasos son de Lastrucci y desfilaron con la banda de música La Oración en el Huerto de Yecla, y la agrupación musical La Nova de Banyeres.

El Ecce Homo entró a las 21 horas, puntual, en la Carrera oficial mientras el Cristo del Mar dejaba el Casco Antiguo, arrancaba el desfile de Nuestro Padre Jesús y giraba hacia el Teatro Stabab Mater. Del regreso destacar el "cangrejeo" al estilo sevillano del Cristo del Mar y la Virgen de los Dolores, con los costaleros de espaldas mirando a los tronos entre aplausos.

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