José Manuel Pérez Burgos es una de las personas que más sabe de Tabarca, sobre todo de su historia y patrimonio, cuestiones que abordó en la conferencia que ofreció ayer junto al coordinador del servicio de protección de la reserva, Felio Lozano, con motivo de las jornadas que celebra Aula CAM por el 25 aniversario de la reserva marina.

Arqueólogo y director del museo de Nueva Tabarca desde su apertura en 2004, José Manuel Pérez se entusiasma cuando habla de la isla, tanto de su riqueza marina como, sobre todo, de sus aspectos históricos y etnográficos.

Siempre destacamos la importancia de la reserva marina de Tabarca, ¿goza de tan buena salud su patrimonio?

En el medio terrestre hay problemas como el de la iglesia que está aún en proceso de rehabilitación y se tenía que haber acabado hace 3 o 4 años pero quebró la empresa que hacía las obras y se quedó a medias. Con todo, se van dando pasos correctos, por ejemplo la consolidación de algunos tramos de la muralla, el proceso de consolidación de la iglesia por parte del arquitecto Andrés Martínez, y en los últimos tiempos, la rehabilitación como hotel de la Casa del Gobernador del siglo XVIII. También se ha hecho un proceso de urbanización de la isla con bastante sensibilidad; de hecho hemos comprobado que el suelo original del siglo XVIII era muy parecido a los cantos rodados y al albero que se han puesto en la calle principal y en la plaza. Todas las soluciones que damos allí son complicadas, pero se va avanzando.

¿No cree que es penoso que los vecinos recurrieran a su dinero para poder abrir la iglesia?

Evidentemente un edificio emblemático como ese no debería estar 3 o 4 años esperando a que se acabe su rehabilitación porque lo que se ha hecho se está deteriorando. Yo a los vecinos los entiendo, comprendo su estado de cabreo, pero por otro lado las cosas hay que hacerlas bien hechas.

¿Hay fecha para retomar las obras?

Parece ser que el Consell pretende terminar las obras para el próximo verano. Ya veremos.

Se muestra muy orgulloso del museo...

Sí, es como un hijo. Es una institución que también está colaborando en la conservación y divulgación de la isla, tanto del medio marino como del terrestre. Está ubicado en el antiguo almacén de la almadraba de Tabarca que no tiene un valor importante arquitectónico pero sí un gran interés nostálgico y etnográfico. Recibimos entre 9.000 y 10.000 visitas anuales. Vienen muchos colegios de toda la provincia y ofrecemos a través del Centro de Educación Ambiental una especie de rama didáctica del museo con la posibilidad de dormir en la isla, y de trabajar en tres rutas: terrestre, marina y ruta del patrimonio histórico-artístico. Hacer cosas en Tabarca es muy caro, pero el Ayuntamiento se ha marcado un tanto con el Centro de Educación Ambiental. Está muy bien.

Usted ha dirigido varias excavaciones arqueológicas aquí.

Sí. Antes de la colonización de la isla en 1770 lo que había era movimiento de gente que iba y venía y que ha dejado vestigios relacionados con la pesca y las características estratégicas del islote. Los restos más antiguos son del siglo III, de la época bajo-imperial romana.