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La uva de mesa tira del empleo en Navidad

La recolección y comercalización de la fruta que acompaña las campanadas crea 13.000 puestos de trabajo

La tradicional uva blanca que muchos ven "insustituible" en los hogares españoles durante las campanadas de Nochevieja crea más de 13.000 empleos desde la segunda quincena de noviembre en siete pueblos del interior de Alicante, en la comarca del Vinalopó.

Muy consumida en Navidad, especialmente para dar suerte al Año Nuevo, esta uva tardía es de la variedad Aledo y su coloración uniforme, piel fina y sabor dulce neutro la convierten en la favorita del periodo navideño.

Estas cualidades singulares son posibles gracias a un proceso único en el mundo de embolsado a mano de los racimos, un procedimiento artesanal y laborioso que se sigue desde 1919 y que se realiza en pleno verano.

Emplea durante varias semanas a unos 10.000 trabajadores agrarios y consiste en colocar una bolsa de papel especial en torno a cada ramillete de uvas para proteger los granos de las inclemencias meteorológicas y de la exposición directa del sol.

El presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen de Uva Embolsada del Vinalopó, José Bernabéu, ha relatado a Efe que alrededor de 2.200 de los 13.000 empleos totales dirigidos a atender a los consumidores de la Nochevieja y del resto de Navidad se dedican a las labores de recolección en el campo.

Se añaden cerca de 9.000 en los almacenes (la mayoría mujeres) para la selección y empaquetado previo al reparto por toda España y algunos países del extranjero, especialmente Francia, y el resto, unos 2.000 empleos, están relacionados con el transporte y fabricación de envases.

Según los cálculos de la Denominación de Origen, que agrupa a entre 600 y 700 agricultores del Vinalopó, la producción de uva Aledo se situará esta campaña entre los 21 y los 22 millones de kilogramos, de los que 2 millones se ingerirán con las doce últimas campanadas de 2015.

Bernabéu ha relatado que esos 13.000 empleos se reparten mayoritariamente entre los vecinos de Novelda, Monforte del Cid, Aspe, Agost, Hondón de los Frailes, Hondón de las Nieves y La Romana, y entre todos suponen más de 300.000 jornales.

La tradición de las doce uvas cada 31 de diciembre se remonta, al menos, a los últimos años del siglo XIX, cuando era una costumbre muy extendida en Madrid que las familias acomodadas tomaran un 'lunch' de Nochevieja en el que se servían uvas y champán, seguramente influidas por las costumbres francesas de la época.

El primer documento que deja constancia de esta práctica es un anuncio publicado el 29 de diciembre de 1898 en 'El Imparcial', donde los productores promocionan "Las uvas de la suerte", mientras que el 1 de enero de 1902 se lee en el mismo diario madrileño una nota de sociedad sobre el "lunch con las acostumbradas uvas de la suerte" en la fiesta en el hotel de los condes de Romanones.

Sin embargo, fue un bando municipal que buscaba prohibir las prácticas ruidosas en periodo navideño el que espoleó a los demás estratos sociales a imitar la costumbre de las clases más altas.

Esto ocurrió porque muchos de los madrileños se sintieron molestos por el edicto y decidieron ridiculizar la costumbre de la aristocracia y empezaron a congregarse en la actual Puerta del Sol el 31 de diciembre para tomar las doce uvas y celebrar con estruendo la entrada del nuevo año.

Además de la 'Aledo', la comarca del Vinalopó es conocida por producir otros tipos de uva, desde la más tempranera ('Victoria', en julio) pasando por las variedades 'Redglobe', 'Ideal' y 'Doña María' hasta 'Dominga' y 'Aledo', las dos más tardías.

La producción conjunta de las seis variedades rondará los 49 millones de kilogramos, según los datos de la Denominación de Origen.

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