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La Concatedral rehabilita con el dinero del cepillo el claustro y el órgano del templo

El cabildo de San Nicolás destina la recaudación de los fieles al mantenimiento del BIC

Las mejoras consisten en impermeabilizar bien el claustro y en la renovación de los aseos Héctor Fuentes

Los alicantinos y turistas que acuden a misa o a visitar la Concatedral de San Nicolás y aportan donativos al cepillo están ayudando a mantener la céntrica iglesia, que data del siglo XVII y que está catalogada como Bien de Interés Cultural, en las mejores condiciones posibles ya que la recaudación de los fieles se destina a un fondo para el mantenimiento y la rehabilitación de este templo patrimonio de la ciudad. Con ese dinero se están acometiendo obras en el claustro y se está restaurando el órgano, tan antiguo como la propia Concatedral. Fue entre 1616 y 1662 cuando, según documentos históricos, se edificaron la iglesia, la cúpula, la torre y la sacristía sobre los restos de una mezquita, aunque algunas trazas del claustro son incluso anteriores, del siglo XV.

El cabildo que preside el deán Ramón Egío ha invertido el dinero recogido en las bandejas en la impermeabilización de las cubiertas de la galería del patio principal del templo, que sufría filtraciones y humedades, después de que hace un año se tuvieran que poner testigos al detectarse grietas. «Se vio que el aislamiento del claustro era necesario para evitar más filtraciones de agua y que se abrieran más grietas», explicó el sacerdote sobre esta actuación, ya terminada, que ha durado 15 días y ha costado cuatro mil euros.

La intervención también afecta a los aseos, tanto a los públicos que hay en el claustro, como a los privados del cabildo en una renovación total que se acomete en estos momentos, tras detectarse también pérdidas de agua que hacían que los recibos fueran muy cuantiosos. En cuando a los públicos, que eran dos, del todo insuficientes para los fieles y la gran afluencia de turistas que el templo recibe sobre todo en verano, se han reformado para crear cuatro. A esta obra también ha contribuido una alicantina con una donación.

Con el dinero de los fieles, la Concatedral puede avanzar también en la restauración del órgano, del siglo XVII, para poder ponerlo en funcionamiento. «El órgano formó parte activa de la iglesia anterior a la actual y ha sufrido muchas transformaciones con las invasiones de los ingleses y los franceses, y durante la Guerra Civil. La caja renacentista de este órgano es única porque es la más antigua de la Comunidad Valenciana y una de las cinco más antiguas de España», explicó el deán. El órgano se ha desmontado y se restaura en una estancia de la parte superior del templo en una labor que comenzó hace ya dos años con la parte más mecánica, y al que ahora «hemos dado un empujón» para acabar la intervención y ponerlo en uso durante este mismo curso.

La restauración del órgano se eleva por encima de los 20.000 euros, y eso que han contado con la colaboración voluntaria de un organero. Egío agradeció la ayuda económica de quienes acuden regularmente a misa a San Nicolás ya que gracias a ellos se puede realizar una labor «muy seria» de cuidado del patrimonio. «Todo el mundo, creyentes y no creyentes, puede pasear por el claustro, utilizar los aseos o escuchar un concierto de órgano. Sin embargo, esa labor no se reconoce. Las propiedades de la iglesia están para disfrute de todos», reiteró.

La rehabilitación del claustro y del antiguo órgano serán un atractivo más para los fieles y turistas que visitan el templo. «Los responsables de patrimonio del Ayuntamiento y de la Generalitat no se terminan de creer que San Nicolás es uno de los lugares más visitados de Alicante. El entorno, la jardinería, la limpieza, y todos los detalles deberían cuidarse más ya que es imagen de la ciudad». Este verano los turistas franceses son los que más han acudido a la Concatedral.

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