La planta de Piedra Negra, en Xixona, que recibe los residuos de 37 municipios de l'Alacantí, l'Alcoià, El Comtat y la Foia de Castalla, recibirá tres millones para instalar un triturador que reduzca los volúmenes de la basura que trata. Así lo anunció ayer el director general de Cambio Climático, Joan Piquer, en las III Jornadas sobre Aspectos Económicos y Ambientales en la Gestión de Residuos que se celebraron en la Universidad de Alicante y que reunieron a técnicos, expertos y a los presidentes de cuatro de los seis consorcios de residuos de la provincia-faltaron el alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri, y el de Villena, Javier Esquembre- inaugurada por el presidente de la Diputación, César Sánchez. Este anuncio se produce apenas un mes después de que INFORMACIÓN desvelara que hasta esa planta llegan toneladas de residuos de la provincia y del resto de la Comunidad que se entierran sin tratar.

No obstante, se trataría de un primer paso ya que Piquer avanzó que la UE está financiando proyectos piloto para reducir volúmenes con una nueva tecnología de «ecofragmentación» que ya se prueba en Albaida y que se podría extender a los consorcios que estén interesados. De hecho, no descarta que se incluya esta tecnología en el próximo contrato para Piedra Negra que entrará en vigor en 2020 por valor de 20 millones de euros.

La presidenta del consorcio y alcaldesa de Xixona, Isabel López, admitió que «la planta no ha cumplido nunca» pero aseguró que «existe la voluntad de reconducirla, es una prioridad» tras indicar que en 2017 ha recibido 300.000 toneladas. «Urge invertir porque no se ha hecho en 15 años y con esos tres millones se reducirán los volúmenes, se tratará la poda, se construirá una nueva nave y se mejorará la zona de compostaje», aseguró.

Según los cálculos de Piquer en la provincia se invertirán en los próximos años 73 millones mediante colaboración público-privada para mejorar las plantas de tratamiento de residuos.

Además, el director general aseguró que antes de que acabe la legislatura quiere sacar a concurso público la planta para la Vega Baja, único consorcio que carece de instalaciones y que deriva actualmente 140.000 toneladas a Elche, Xixona, Murcia y Alicante.

El presidente del consorcio y alcalde de Rafal, Manuel Pineda, repasó la odisea de la gestión de los residuos de la Vega Baja tras estallar el caso Brugal y la resolución del contrato con Cespa-Ortiz para construir una planta de transferencia, pendiente de una sentencia que se prevé para final de año y que ha bloqueado los procesos. Ahora confía en que Dolores acoja la planta de transferencia tras haber hecho «mucha pedagogía entre los vecinos y visitas a la planta de Algimia de Alfara» aunque es consciente de que las complicaciones llegarán por la cercanía de las elecciones municipales.

Por su parte, la presidenta del Consorcio de las Marinas-El Campello, Cintia Alavés, aseguró que este año «daremos solución definitiva al problema de olores en la planta» que tanta movilización vecinal ha generado.

Todos ellos y los técnicos tienen la vista puesta en 2020, año en que tendrán que cumplir con el reciclaje del 50% de los residuos, para lo que coinciden en la importancia de la concienciación ciudadana y la recogida selectiva. También en el «cambio de paradigma» que supone el paso de una economía lineal a una circular mediante la valorización de los residuos y su transformación en subproductos.