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«Basilio que te veo, muévete»

Un robot desarrollado por la Universidad de Alicante hace «prácticas» en tareas asistenciales en una residencia de la tercera edad

«Basilio que te veo, muévete». La frase pasaría desapercibida de no ser porque quien la pronuncia es Pepper, el robot desarrollado por el grupo de Robótica y Visión Tridimensional (RoViT) de la Universidad de Alicante, y su destinatario es Basilio Martínez, un interno de la residencia de la tercera edad Doña Rosa que se despistó durante una prueba en la que el humanoide realizaba distintos ejercicios físicos con los residentes.

Se puede decir que Pepper está de asistente en «prácticas» en esta residencia para probar in situ las habilidades para las que ha sido programado que consisten en realizar planes de ejercicios para mejorar la movilidad e incluso para recordar a una persona mayor que le toca tomar la medicación o que lleva demasiado tiempo sin ingerir líquidos. Para ello combina un complejo sistema de cámaras y sensores con el aprendizaje propio de la Inteligencia Artificial.

En la residencia lo recibieron con gran expectación general, pero también en algunos casos con cierto recelo hasta que el director del grupo de investigación, Miguel Ángel Cazorla, les explicó de manera práctica cómo funciona e incluso le puso a cantar la Macarena y MacarenaComo una olatras provocar su risa haciéndole cosquillas.

No tardaron en salir voluntarios en grupos de tres. Sabina, Telesfora y Antonia primero y Basilio, Rita Clara y Dolores después siguieron las instrucciones de Pepper que aparecían también en imágenes en la tablet que lleva incorporada en el pecho. «Manos arriba, uno, dos, tres, cuatro y cinco ¡vamos! Ahora brazos al hombro y por último balanceo con los brazos pegados al cuerpo. Un, dos, tres, cuatro y cinco. ¡Muy bien, así me gusta!», les animaba el robot. Y como nada más empezar les preguntó sus nombres y tiene la capacidad de saber si los ejercicios se realizan correctamente o no les podía llamar la atención de forma personalizada.

«De Julio Verne»

«Esto es de Julio Verne», comentaba después asombrado Basilio. «Nunca me hubiera imaginado haciendo ejercicio con un robot así, aunque si le adaptan el tono de voz para que nos enteremos bien, mejor», añadió. Rita Clara Aragonés también se mostró encantada con la experiencia, al igual que Dolores. «Es increíble que una máquina tenga esta inteligencia, parece casi humano por cómo se fija en todo y además es muy gracioso, se ríe si le tocas la cabeza casi como si tuviera sentimientos», describía Rita Clara. «Por mí que se quede con nosotros», dijo convencida.

La presencia de Pepper beneficia a ambas partes. La directora de la residencia, Aurora Riera, explicó que puede ser muy útil para el «envejecimiento activo que ralentiza el proceso degenerativo. Moviliza y motiva a los internos», mientras que la fisioterapeuta Cristina Valentín considera que «puede resultar muy positivo para los residentes y una buena ayuda para nosotros, habrá que ir adaptándolo pero me parece muy interesante esta tecnología tan novedosa». Valentín no lo considera ni mucho menos una competencia. «Sustituir a un humano en esto es muy difícil, pero sí sirve como apoyo porque además puede registrar los movimientos que realizan a diario los internos», señaló. Y para la investigadora de RoViT Ester Martínez, también es útil la experiencia porque «hasta ahora lo habíamos probado sólo en laboratorio. Tras esta prueba ya sabemos que tenemos que trabajar más en el lenguaje y el tono para que le entiendan mejor y pueda interactuar realmente con ellos», indicó.

El gerente de Doña Rosa, Claudio Lloret, es partidario de «llevar la residencia al siglo XXI». «Vimos en INFORMACIÓN que en la Universidad estaban trabajando en este proyecto asistencial y nos pusimos en contacto con ellos y ya hemos quedado en que vamos a colaborar también para traer a la residencia la realidad virtual. Así, los residentes que por motivos de salud o movilidad no pueden, por ejemplo, ir a la playa o al campo podrán volver a vivirlo al menos de forma virtual», avanzó.

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