De nuevo, la izquierda enfrentada en Alicante. Nada nuevo en una ciudad que estuvo gobernada durante dos años y medio por un tripartito que siempre estuvo a la gresca. Esas tensiones, con otros protagonistas, se han reproducido de nuevo. En este caso, en la campaña para las municipales del 26-M. Como protagonista y blanco de las críticas, el alcaldable socialista, el independiente Francesc Sanguino, quien sigue dejándose querer para posibles pactos tras las urnas. El candidato no cierra puertas y eso no gusta a dos de los exsocios del tripartito de Alicante.
De hecho, Podemos-EU y Compromís se revolvieron ayer contra la posibilidad de que el PSOE y Cs pudieran negociar un pacto en la capital, siempre que los números alcancen la mayoría absoluta que en Alicante está establecida en los 15 concejales (extrapolando los resultados de las autonómicas en la capital, ese acuerdo a dos podría liderar el ejecutivo). El temor a que no se reedite el tripartito de izquierdas, a raíz del «coqueteo» que están manteniendo los cabezas de lista del PSOE, Francesc Sanguino, y de Cs, Mari Carmen Sánchez, hizo que ayer los dos «socios naturales» de los socialistas pidieran explicaciones. No quieren más ambigüedad, huyen de juegos tacticistas ante la cita del 26-M en la que Alicante se juega la formación de su próximo gobierno: que la izquierda recupere el mandato, que la derecha siga al frente o un nuevo ejecutivo «mestizo».
Pero el enfado por los guiños entre Cs (que se ha abierto a un pacto con el PSOE para evitar un nuevo tripartito de izquierdas) y el PSOE (que no cierra ninguna puerta en un movimiento que busca rédito electoral) no solo se evidenció entre dos de los exsocios de gobierno, sino también en las propias filas socialistas. En concreto, en Izquierda Socialista, que se manifestó rotundamente a favor de los gobiernos de progreso, alejándose de la «ambigüedad» que supone imaginar un acuerdo con la formación que lidera Albert Rivera, quien a su vez puso una «línea roja» a los socialistas antes de las generales y autonómicas del reciente 28-A.
Izquierda Socialista en Alicante, uniéndose a la dirección del PSPV, se apresuró ayer en defender «gobiernos de progreso» tras las municipales, precisando que «las fuerzas de izquierda son hegemónicas y han de gobernar desde la pluralidad para transformar la sociedad y la vida de las personas con sus políticas de progreso». En alusión a los guiños con la vista puesta en los acuerdos postelectorales entre Cs y el PSOE en Alicante, la corriente socialista insistió en que la credibilidad «no se puede construir dejando la puerta abierta a acuerdos alejados del mandato ciudadano que pide gobiernos de progreso y que han de estar en consonancia con las alianzas autonómicas».
Frente común
Con todo, los primeros en poner ayer freno al «coqueteo» entre los alcaldables del PSOE y de Cs fueron Unidas Podemos-EU. Su candidato a la Alcaldía, Xavier López, aseguró que su apuesta es reeditar un gobierno del «cambio» en Alicante, que saltó por los aires a finales de 2018, y volver a formar un tripartito tras las municipales del 26 de mayo.
López recalcó que el candidato Sanguino «debe posicionarse» y aclarar si cerrará puertas a Ciudadanos para formar un pacto postelectoral. Esa pregunta no tuvo respuesta en el primer debate electoral en Alicante. «Los ciudadanos que nos voten lo van a hacer para que reeditemos el tripartito y queremos dejar claro que si quieren un gobierno de izquierda la única opción, viendo la actitud que muestra Sanguino, es votarnos», dijo el aspirante, quien señaló a su marca electoral como la garante de las políticas de izquierda en Alicante.
La misma estrategia siguió el candidato de Compromís a la Alcaldía, Natxo Bellido, quien calificó el voto a su coalición como el «antídoto» a que el bloque de derechas pueda sumar en Alicante y poder «garantizar» así un acuerdo «nítidamente» progresista. Bellido lamentó no poderse «fiar» del PSOE por Sanguino y recalcó que a Cs «le da igual coquetear con los socialistas o con Vox», refiriéndose que los «naranja» sean «capaces» de pedir que Vox entre en la Mesa de las Cortes y «al mismo tiempo estar coqueteando con el PSOE».
Desde el otro bloque, el alcalde y candidato, el popular Luis Barcala, aprovechó la batalla en la izquierda para pedir el voto útil para el PP. «Los alicantinos deben saber que si votan a Cs pueden acabar dándole el gobierno al PSOE, como pasó en 2015. El PP es la garantía de que el centro-derecha siga gobernando y de que no vuelvan a repetirse los tres años de desastrosa gestión de la izquierda», concluyó Barcala, que intenta «pescar» así en la confrontación electoral provocada por Cs y los socialistas en Alicante.
Ciudadanos se reafirma en tender la mano al PSOE para evitar un gobierno de izquierda
La alcaldable Sánchez mantiene su propuesta a los socialistas para un posible pacto tras la cita con las urnas del 26 de mayo
La alcaldable de Ciudadanos en Alicante, Mari Carmen Sánchez, no se movió ayer un ápice. Un día después de tender la mano a los socialistas para un posible pacto postelectoral, la cabeza de lista de la formación naranja se mantuvo firme. Y todo con el objetivo, según subraya, de evitar que se vuelva a reeditar el tripartito, calificado de «caótico y desastroso». Sánchez siguió tendiéndole la mano al PSOE, encabezado por el independiente Sanguino, aunque ese «coqueteo» electoral y nada casual [busca «pescar» votos en el centro del espectro político] ha levantado un gran revuelo entre el resto de fuerzas políticas con opciones de entrar al Ayuntamiento de Alicante.
Preguntada de nueva sobre si mantiene su propuesta, la «número uno» de Ciudadanos se reafirmó, no quiso matizar sus declaraciones del pasado lunes en un desayuno informativo, donde incluso no aclaraba si prefería gobernar con el PP o con el PSOE tras el paso por las urnas. Para ambas formaciones, la de Luis Barcala y la de Francesc Sanguino, tuvo reproches. Con los socialistas especuló que prefieren reeditar el tripartito porque «Sanguino se siente más cómodo con Compromís», del que además recordó que «hace cuatro años hacía campaña con EU [ahora integrada en una coalición con Podemos]». Y a su otro «posible socio», el PP, Sánchez les criticó que «se creen que el Ayuntamiento es suyo y que tienen derecho a hacer y deshacer sin contar con nadie».
Sanguino juega al despiste con los pactos
Tras la polémica surgida en la campaña en Alicante por el posible «coqueteo» entre Cs y el PSOE ante un posible acuerdo postelectoral, el alcaldable socialista, Francesc Sanguino, jugó ayer al despiste con su habitual talante. Lo hizo en su perfil en Facebook, con una publicación en la que aseguraba que ya ha pactado... pero con los ciudadanos. «El pacto ya está hecho», señaló el alcaldable.
Todo sobre las elecciones municipales 2019 y las elecciones europeas
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