P ¿Qué trabas encuentran las familias migrantes en España?
R Muchas dificultades tienen que ver con la ley de Extranjería. Generalmente emigra la madre o el padre para trabajar en España y poder enviar dinero a su familia de origen. Su intención es quedarse para reagrupar a su familia pero esta ley ha restringido esta posibilidad con requisitos muy difíciles de cumplir. Depende de la procedencia. En algunos países se le da mucha importancia a la familia extensa -abuelos, tíos, hermanos mayores- y la ley de Extranjería no permite la reagrupación de la mayoría de ellos.
P ¿Qué consecuencias tiene?
R Las madres se encuentran bastante solas en su proceso de crianza, con trabajos donde pasan muchas horas para intentar darles una vivienda adecuada a sus hijos, de acuerdo a la exigencia de los servicios sociales. Esto sucede con las familias extranjeras no comunitarias, porque los hijos de familias europeas en España no pasan por estos procesos. Entre las personas extranjeras hay jerarquías derivadas de la ley de Extranjería.
P ¿Veremos el final de las crisis migratorias?
R Al contrario. La crisis de los refugiados va a ir en aumento porque habrá cada vez más familias que necesiten salir de sus países de origen, no solo por las guerras sino por problemáticas derivadas del cambio climático. Los últimos informes de Acnur y de Naciones Unidas apuntan a migraciones directamente relacionadas con este factor. Los países europeos tienen que afrontar que no va a parar sino que va a ir a más porque muchas familias quieren salir de esas condiciones de vida para darle mejores oportunidades a los suyos. Puede parecer horroroso ver bebés en una patera, no se puede entender desde la mentalidad occidental, pero estas familias arriesgan su vida como respuesta a la desesperación en sus países de origen.
P ¿De dónde vienen los inmigrantes del cambio climático?
R Del África subsahariana sobre todo. Niños que han venido del Congo, que huyen también de su esclavitud en la extracción del coltán, y de las guerras provocadas por este negocio. No se está teniendo en cuenta la situación de las personas que viven en este país. También llegan a Europa migraciones internacionales de personas de países afectados por tsunamis y terremotos, de lugares que han sido devastados. Hay padres que entregan a sus niños a los tíos y otros familiares que migran para que los saquen de esa situación. En España sin embargo no se les reconoce la tutela. Desde una mirada occidental puede suceder que se les separe de estos familiares más cercanos.
P ¿Cree que el impacto que generó el niño Aylan muerto en una playa ha servido de algo?
R No es un caso aislado. Hace unos días un bebé se cayó al agua de una patera y tuvieron que rescatar el cuerpo. Lo que sufren los niños pequeños en el trayecto migratorio es tremendo, con el riesgo de perder la vida, durante meses pasando de un país a otro hasta llegar a Europa. Hay familias que cruzan hasta nueve países y pasan hambre, duermen a la intemperie... Son trayectos de exilio que requerirían de una atención especial. Hay que preparar dispositivos para atenderlos porque ya están viviendo un proceso traumático. Cuando se habla de refugiados no se tiene demasiado en cuenta a la infancia. Ya se habla de niños que desaparecen en estos trayectos, no se sabe si por mafias o redes. Son niños que requieren de una mirada y de una atención específica que aún no se está dando.
P ¿Se integran los menores inmigrantes con los españoles?
R Hay pocos espacios de socialización al aire libre o en la calle, considerada un espacio inseguro para las familias. Los niños españoles pasan mucho tiempo dentro de las casas o realizando actividades extraescolares, que muchas familias migrantes no se pueden permitir pagar. Hay dificultades de inclusión social con los niños españoles.
