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El Monte Tossal: Un pulmón verde... y negro

Los nuevos senderos en la ladera que conectan Campoamor y San Blas carecen de iluminación. Los vecinos utilizan linternas o la luz del móvil para pasar por la zona

Una persona pasa por un camino que sale al Rico Pérez. pilar cortés

Una zona con senderos, arbolado, plantas y especies arbustivas mediterráneas, todo un pulmón verde en el Monte Tossal que se encuentra... a oscuras. El Ayuntamiento destinó más de 300.000 euros para recuperar la ladera del monte mediante unos caminos que permiten a los vecinos conectar Campoamor con San Blas y evitar dar un rodeo para llegar al estadio Rico Pérez y las pistas del antiguo hipódromo.

Pues bien, resulta que el Consistorio ha dejado para más adelante la instalación eléctrica y los itinerarios carecen de iluminación. Cuando se abrieron a los vecinos, en mayo, no afectó porque anochecía más tarde; pero ahora, con el horario de invierno, a partir de las 18.30 horas es noche cerrada y los senderos se convierten en un agujero negro.

¿Qué ocurre entonces? Pues que o la gente deja de utilizar esta vía de paso o se arma de linternas o de la luz del móvil para pasar, como explican vecinos y usuarios consultados, que denuncian la situación que sufren desde hace unas semanas. Es el caso de Marta Pérez, que vive en Carolinas y que utilizaba los caminos para llegar hasta el hipódromo: «Ya no paso por ahí porque da miedo por la noche, está muy oscuro».

O el de Carlos Reyes, que tiene un pastor alemán al que saca a pasear por las noches: «Yo vivo por aquí y me viene bien venir, el perro disfruta porque hay mucho espacio para él, pero ya no hay gente apenas, antes me encontraba con tres o cuatro chicas que venían con sus perros, pero entiendo que ya no lo hagan».

Juan Ortiz, por su parte, sostiene que ha optado por llevar una linterna porque es más corto el camino que el que hacía antes, «y resulta curioso cruzarte con otras personas que van igual, o con el móvil».

El Ayuntamiento anunció en la presentación del proyecto que el sendero contaría «con iluminación para mejorar las condiciones de tránsito y seguridad». Pero ahora asegura que la instalación eléctrica está contemplada en la fase cuatro de la Estrategia de desarrollo urbano sostenible integrado (Edusi), el proyecto cofinanciado con fondos europeos de rehabilitación del entorno de los dos castillos.

Itinerarios

La iniciativa ha permitido la recuperación medioambiental de 35.000 metros cuadrados del Monte Tossal, con senderos con pendientes en la mayor parte de su recorrido de entre el 2 y el 3, aunque existen algún pequeño tramo del 6 por ciento debido a la orografía del terreno.

Los trabajos han incluido la consolidación de algunas laderas con mallas vegetales para reducir los efectos de la erosión por las escorrentías en episodios de fuertes lluvias. No obstante, en algunos puntos de los senderos ya se aprecian grietas en el suelo, apenas unos meses después de su construcción.

El Ayuntamiento también contempló tres itinerarios diferenciados por el grado de dificultad, que serían identificables por colores: el verde para los recorridos de escasa dificultad, el azul para los de mediana dificultad y el rojo para los de mayor dificultad.

Pero de los colores tampoco se sabe nada, de momento. Aunque no importa, de noche, sin luz, no se ve nada y solo se aprecia el color negro.

Y el puente se convierte en la casa de un sintecho

Y el puente se convierte en la casa de un sintechoEl pulmón verde está conectado también con el Parque Temático e Infantil del Monte Tossal a través de la pasarela en su parte más alta que enlaza con los nuevos senderos. Casi al final de esta zona alta, hay un puente de madera de cuatro metros de largo por dos de ancho. Pues bien, justo debajo un indigente ha hecho del espacio su «hogar», en el que hay colchones y mantas.

No es el único sintecho. Como ha venido denunciando este diario, personas sin hogar y drogodependientes han «ocupado» una parte de la ladera, con sus tiendas de campaña, colchones, mantas y demás enseres. Un campamento visible desde la carretera, en la calle Escultor Bañuls, en la que no faltan los restos de latas de cerveza y de plástico, en medio del monte.

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