Aunque jugar a los médicos es habitual desde edades tempranas, el covid-19 está tan presente en la vida de los niños que en sus cartas a Papá Noel y a los Reyes Magos figuran las muñecas con mascarilla y los juegos con los que aprender a hacer pruebas PCR. En la Navidad que pone fin a un año que también ha trastocado los hábitos de los menores, primero con el confinamiento y más tarde con las normas sanitarias que obligan a las mascarillas, el gel desinfectante y la distancia de seguridad, no es extraño que entre los juguetes estrella estén los relacionados con la pandemia.

Uno de los más demandados en las tiendas es «The Bellies virus tester», un centro médico fabricado por una juguetera alicantina en el que se atiende a los muñecos enfermos. Los menores pueden jugar a hacer analíticas y a aplicar varios tratamientos para que se curen, con una descontaminación o un refresco medicinal. Los juguetes enfermos pueden pasar la cuarentena y el centro sanitario se adelanta e incluye ya la vacuna para evitar contagios. Es un juego interactivo con luces y sonido, y unas cabinas en las que se introduce el muñeco para saber si tiene o no el covid, con cinco recreaciones diferentes.

En las jugueterías de un conocido centro comercial, el centro médico del covid está entre los más demandados para regalar en Nochebuena. «En este año atípico los fabricantes de juguetes no han sido ajenos a la coyuntura que vivimos. Se han lanzado al mercado versiones de las muñecas más conocidas con mascarillas, como el caso de Nancy, en la versión ‘Un día con mascarilla’ y el ‘Virus tester’, de la licencia de The Bellies, ambas con un éxito importante de ventas», explican. El SARS-CoV-2 se cuela entre los juegos de mesa con la novedad «Stop the virus», también con un significativo volumen de ventas. Los juegos de mesa y los puzzles experimentan en general una importante demanda y se agotan al pasar más tiempo en casa las familias por las restricciones del covid.

Las niñas buscan la muñeca Nancy con mascarilla. | HÉCTOR FUENTES

También una franquicia de juguetes ofrece el centro médico para curar el covid. Esperan que después del Puente la demanda se dispare. La Nancy con mascarilla, explica su encargado, llama la atención de las niñas, que entran a las tiendas buscándola por las estanterías.

Entre los psicólogos consultados, hay discrepancias sobre el beneficio de este tipo de juegos. «¿Os imagináis, en vez de una enfermería para curar el covid-19, una para curar el cáncer, la ELA, o la esclerosis múltiple? No existen que yo sepa. El motivo es porque no es necesario a ciertas edades dar más información a los niños de la que necesitan. Puede que no tengan la madurez emocional para gestionar esa información», señala la psicóloga de Alicante Úrsula Perona, que piensa que lo que necesitan los niños, y más en Navidad, es dejar de pensar en enfermedades, contagios, mascarillas y fallecimientos. «Necesitan recuperar la normalidad, la ilusión, la inocencia. Y la despreocupación. Aún no sabemos las secuelas psicológicas que nos dejará la pandemia, pero lo que estoy observando en los niños y adolescentes a los que trato a diario en consulta es un aumento de la percepción de peligro, miedo a enfermar, a los gérmenes, en general una preocupación excesiva por la salud. Tienen ansiedad y se sienten preocupados o culpables por si contagian a sus abuelitos. Quizá este juguete sirva para normalizar una situación que no es en absoluto normal, pero también para hacer más presente aún en los más pequeños el covid-19».

Los juguetes también se adaptan al coronavirus

Los juguetes también se adaptan al coronavirus Agencia ATLAS

En cambio, la psicóloga Ángela Relucio recuerda que el juego es un instrumento positivo para el desarrollo de los niños y para acercarles a la realidad, en la que está presente el covid. Eso sí, deber ser un juguete «con una reproducción cuidada y ajustada, que no sea demasiado invasivo» porque recuerda que, a edades tempranas, los niños «no tienen la preparación para algo demasiado explícito».