Como psicóloga, ¿qué efectos emocionales del covid percibe en la gente?

Veo mucho dolor emocional, sobre todo gente que está llevando muy mal la gestión de la incertidumbre con sus trabajos por parte de las empresas; y también el miedo al contagio, a la muerte, hay un miedo muy obsesivo. En mi conferencia dije que quiero que la gente sea feliz, que no tenga miedo. No podemos cerrar los ojos a la pandemia pero tenemos que tener la responsabilidad de la mascarilla y los geles, y guardar la distancia interpersonal. De ahí a vivir con miedo, a que se deprima el sistema inmunológico y a que estemos al borde del precipicio hay un abismo.

¿Qué aconseja?

Quiero transmitir a la gente esta filosofía de vida: protégete, de momento la vacuna eres tú, pero vive, porque te estás muriendo. Hay gente que se está muriendo en vida, que no la mata el «bicho» pero la mata la soledad, el miedo, el pánico, el sentirse muy lejos de la gente. Al final somos animales sociales y necesitamos de los demás para ser felices y para todo. Hay mucho distanciamiento emocional y eso no está haciendo ningún bien. Están proliferando los problemas de salud mental. La gente con discapacidad, que es con la que yo estoy con mi fundación, está triste, desmotivada, porque antes hacían mucho deporte, salían, estábamos siempre en grupo haciendo proyectos, eventos, y ahora no. Eso está haciendo mucho daño a nivel emocional. Animo a que se sigan ciertas rutinas, que se haga deporte, que se alimenten bien, que se empoderen, que no se rindan jamás, porque esto también pasará.

Llega una Navidad complicada...

La verdad que sí. Nos tocará vivirlas con la videollamada, las pantallitas, como llevamos desde marzo, el WhatsApp, el teams. Pero bueno, es lo que toca hasta que ya estemos a salvo del todo, que espero que no quede mucho. Tengo mucha fe y esperanza en 2021, creo que será un año colosal.

¿Se aprende de lo malo?

De lo malo se aprende más. La vida es un regalo. Siempre nos da una segunda oportunidad, una tercera o una cuarta, y hay que aprovecharlas. Es un regalo tan efímero, tan corto, que cuanto menos tiempo malgastes maldiciendo, sufriendo, despotricando o lamentándote muchísimo mejor. Todos los que hemos estado a punto de no estar aquí valoramos esto de una forma increíble. Es importantísimo dar voz a estas personas porque así debemos vivir todos, dando gracias: estamos aquí para alguna misión. Todos tenemos ese tesoro escondido, esa potencialidad, y tenemos que sacarla. Nuestra misión en la vida es sacar lo bueno que tenemos y conectarnos con esa esencia fundamental. Así la gente no sufriría. Cuando compartes esa magia que cada uno tiene se vive mucho más tranquilo y en paz. El mensaje fundamental es ese, vivir en paz, para luego poder dar las cosas buenas que cada uno tiene.

De sus palabras se desprende que es feliz a pesar de todo lo sufrido.

Soy una persona muy feliz porque pongo el foco donde lo tendríamos que poner todos, que es en nuestras fortalezas, en nuestras cualidades positivas, en nuestro potencial, en las cosas buenos que tenemos por descubrir y por sacar, no en lo que nos limita y en los miedos, en las frustraciones. Yo creo que esa es la clave. Todos tenemos esas creencias autolimitantes, nos las han imbuido, inconscientemente a lo mejor nuestros padres o en el colegio, o por cosas que nos han pasado, pero hay que identificarlas y ponerles luz para decir: no me vais a limitar más. Mi vida es mucho más grande y potente que todo eso. Todo es un aprendizaje. Las cosas que me han pasado terroríficas en la vida han sido para que saque mi mejor versión y lo cuente al mundo. La vida es fácil, es muy fácil, lo que pasa es que nos orientamos hacia lo difícil. Nos ponemos nosotros mismos las principales trabas. Esa es la barrera que tenemos que trabajarnos día a día porque eso es lo que nos va a hacer realmente libres y potentes.

¿Cambiaría lo que pasó si pudiera?

Sí, a veces echo de menos tener mis piernas y correr por la arena, por la playa. Pero al final lo que sucede conviene. Tenía que pasar porque tenía que tener un servicio al mundo, y a lo mejor, si no me hubiera pasado esto, nadie me conocería y no tendría la ocasión de transmitir este amor por la vida.

¿Ha perdonado?

La mayor barrera es el no perdonar, eso sí que es tirar piedras contra tu tejado y coartar tu libertad, porque cuando perdonas te liberas. El no perdonar es un peso mucho más grande que la propia discapacidad o que el propio hecho en sí. Es mucho peor no perdonar, que el que te hayan traicionado, engañado o hecho daño. Ojalá pudiera inocular a todo el mundo este perdón maravilloso que aprendí con 12 años, incluso a mi hermana. Ella lo vivió con 15 años, desde otro punto de vista. El dolor emocional es mucho peor que el físico, lo he visto en ella, no perdona. Se hace daño a sí misma. Dice: me encantaría ser como tú. Vamos a intentar que la gente aprenda a perdonar porque eso te limita.

¿Cómo ve los acuerdos de Bildu con el Gobierno?

Hace tiempo que dejé de opinar de asuntos políticos. Cuando ETA asesinaba me parecía doloroso que se le diese voz a los terroristas pero hoy en día son las asociaciones de víctimas las que denuncian, porque duele que se les siga haciendo homenajes cuando salen de la cárcel. No sé si este es el camino. Lógicamente a las víctimas no les gusta que al verdugo le engrandezcan, le halaguen, le alaben y le den todo lo que pide. Pero es lo que nos ha tocado ahora vivir. Mi lucha siempre ha sido que dejen de asesinar, ojalá que nunca más pase.

¿Y el acercamiento de presos?

Ahí ya no me meto, mi lucha era que no matasen y ahí ya lo que decida la sociedad. Es difícil de asimilar, no que acerquen a los presos, que es lo de menos, sino que se les haga homenajes como si fueran héroes. Que tengan esa voz es lo que nos ha tocado con este gobierno pero qué le vamos a hacer. Me encantaría que se pasase página de verdad, pero no solamente en el País Vasco. En España, que no vivamos mirando a la Guerra Civil, así no avanzamos. Somos un país maravilloso, de talento, mucho contenido valioso, mucho deporte y arte, y sin embargo me da pena que todavía no haya ese amor a nuestro país de verdad, de dentro del corazón. Cosas como que no se pueda escuchar el himno no me entran en la cabeza. Que siga habiendo tanta confrontación..., pero es lo que se ha votado. Qué le vamos a hacer.