Cerca de tres millones de euros destina la Generalitat, a través de la Conselleria de Universidades y Ciencia, para un total de 360 contratos de investigación en las cinco universidades públicas, 60 de ellos en las de Alicante y Elche, cuyo trabajo se paralizó a causa de la pandemia del coronavirus durante el confinamiento.
Esos mismos tres meses de aislamiento forzoso es el tiempo que se amplían los contratos de investigación, tanto predoctorales como parte de tesis en marcha como posdoctorales, para fortalecer equipos con trabajos de interés contratados en su día en régimen de competitividad.
«Es una muestra del compromiso de la Generalitat con la ciencia y las investigaciones de investigadores de nuestro sistema», destaca la consellera, Carolina Pascual. A su vez la UA, a través del vicerrectora do de Investigación se suma a esta medida prorrogando las tesis que acaban entre el 2 de abril de este año y el 1 de abril de 2023 «para fomentar la I+D+i», como firma la propia rectora, Amparo Navarro.
«El 90% de mi trabajo depende de poder trabajar en el laboratorio. La UA cerró las instalaciones por la cuarentena y tuve que parar por completo tres meses. Es un tiempo que no se puede recuperar para la investigación porque hay fechas límite». El contrato de Micaela Giani Alonso es uno de los 32 prorrogados en la Universidad de Alicante, entre ellos de los programas Grisolía o Plan Gent de recuperación del talento. Giani forma parte el grupo de Bioquímica Aplicada de la UA y gracias a este medida, en lugar de acabar en septiembre de este año podrá seguir trabajando en el proyecto hasta enero de 2022.
«Utilizamos un microorganismo, la haloarquea, que crece en las salinas de la zona, para producir un pigmento o caroteno llamado bacteriorruberina con grandes propiedades antioxidantes, y que puede ser de interés tanto en medicina por su posible efecto beneficioso en fármacos, como en cosmética», resume la investigadora.
Como parte de su trabajo, trata de optimizar la producción del este microorganismo y ya lo están testando en células de cáncer de mama en colaboración con le Hospital General de Alicante, con el objetivo final de retraer el crecimiento de células cancerígenas, entre otras posibilidades.
Adriana Juan Polo, por su parte, desarrolla nuevos materiales para envasar alimentos con dos objetivos, aumentar la vida útil del envase y, a su vez, el plazo de caducidad del alimento. De momento centra su investigación en los cacahuetes, para evitar que se pongan rancios, y prevé aumentar su actual vida útil que es de seis meses a partir de antioxidantes.
Su investigación incluye además otro objetivo. «Queremos incorporar aroma para mejorar la experiencia sensorial del consumidor» y que al abrir la bolsa, en este caso de cacahuetes, invada la esencia del producto. No descartan probar con aromas distintos, como puede ser el de barbacoa.
Su doctorado industrial lo hace esta investigadora en colaboración con la UA y el Instituto Tecnológico de Embalaje, Transporte y Logística en Paterna. «Se me acababa el 22 de diciembre. Los ensayos que estaba realizando se tuvieron que desechar al parar por el confinamiento porque después de tres meses de espera había que volver a empezar. En la investigación experimental es fundamental que se hayan alargado los proyectos», recalca.
Otros trabajos más teóricos también se han prorrogado por el avance científico que implican de cara a la experimentalidad posterior, como la investigación de Ricardo Ortíz Cano sobre el grafeno y derivados. «Analizo trozos de grafeno por su forma, sobre todo los bordes, porque las propiedades pueden cambiar mucho». «Con las matemáticas nos centramos en predecir nuevas propiedades, como el magnetismo» subraya, y junto a un grupo más experimental de Suiza han publicado los primeros resultados. «La pandemia no me ha afectado tanto como al que trabaja en el laboratorio», admite. Como sí les ha sucedido a Pedro Poveda y Stefano Anastasia con su proyecto de monitorización de los túneles que atraviesan los Ferrocarrils de la Generalitat por toda la provincia, para determinar su correcto mantenimiento y evitar posibles accidentes. «Es un control predictivo sobre el progresivo deterioro de los puentes para determinar si existen daños», explica Poveda. Analizan algoritmos que permitan identificar el comportamiento de las estructuras y sus posibles fallos. «Como partimos de las estructuras reales, la complejidad por la falta de movilidad exigida por la pandemia es muy grande. Se ha retrasado todo y la prórroga permite avanzar en la investigación prevista», agradece.
El proyecto de María José Mostazo, ahora en Barcelona, contempla que parte de la investigación se haga fuera de la Comunidad. «Introducir materiales basados en boro mejora las propiedades de los electrodos de materiales carbonosos para aplicaciones como la estabilidad, y permiten diseñar dispositivos (supercondensadores) con mejores prestaciones y mayores valores de energía y potencia», explica. Por su parte, Miguel Ángel Navarro Pérez aplica el álgebra y la geometría para construir códigos de comunicación no implantados todavía y que el mensaje llegue completo.
La UMH se beneficia de la ampliación de una treintena de trabajos
Ingeniería de Sistemas, Neurociencias o Biología son algunas de las áreas que se ven favorecidas
Algunas de las principales investigaciones que se llevan a cabo en los campus de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche también se han visto paralizados por los meses de confinamiento que provocó la pandemia. Fuentes de la institución académica ilicitana reconocen que actualmente hay 31 contratos que se beneficiarán de la prórroga por parte de la Generalitat. De hecho, la UMH ya ha autorizado la ampliación del plazo para tres trabajos que presentaban una mayor urgencia recurriendo a sus fondos propios. Desde el equipo de gobierno de la Universidad aseguran que no pueden dar una información más detallada de los proyectos que se han visto afectados por la emergencia sanitaria amparándose en la Ley de Protección de Datos. Lo que sí exponen es que la paralización ha afectado a investigaciones de diversas áreas, entre las que se encuentran Ingeniería de Sistemas, Neurociencias, Psicología de la Salud, Tecnología de los Alimentos o Biología Aplicada.
«Había una necesidad de prorrogar, lo ha hecho el ministerio y la Generalitat ha tardado un poco más pero lo lógico es que también lo hiciera», señala el vicerrector de Investigación de la UMH, Domingo Orozco. «Son proyectos que se han visto interrumpidos, unos más que otros, en función de las características del trabajo. Estábamos a la espera de que se publicaran las resoluciones. Sabíamos que existía el compromiso de ampliar, así nos lo habían manifestado», añade Orozco.
