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En la madrugada del domingo habrá que atrasar el reloj. Debajo, viandantes a pleno sol. | ÁXEL ÁLVAREZ/DAVID REVENGA

Nadie quiere el cambio de hora

Especialistas en sueño alertan del trastorno a niños y ancianos, y los sectores económicos afirman que retrae el consumo

A las tres de la madrugada de este domingo entrará en vigor el horario de invierno, y tendremos que retrasar las agujas del reloj a las dos. La modificación horaria de otoño se aplica en todos los países de la Unión Europea (UE) para intentar ajustar la jornada laboral a las horas de luz natural pero este cambio no satisface a nadie. Ni a los médicos, con la Sociedad Española del Sueño a favor de acabar con la costumbre de cambiar los horarios dos veces al año; ni a los sectores económicos, con el comercio y el turismo en contra del cambio de invierno porque resta luz y retrae a que la gente salga a la calle y por tanto al consumo. Por disposición geográfica, el huso horario español debería ser el mismo que el de Portugal e Inglaterra pero en los años 40 Franco lo equiparó al de Alemania.

«El cambio de invierno afecta en menor medida a las personas porque se adelanta la oscuridad y favorece el inicio del sueño. Los efectos ahora no son tan acentuados como en primavera, cuando añadimos una hora más al día y atrasamos la fabricación de melatonina, la hormona que ayuda a dormir. No favorece el irnos a la cama a las 23.30 horas para descansar las 8 horas que necesita un adulto», afirma Paula Giménez, especialista en Neurofisiología Clínica y experta en Medicina del Sueño de la clínica HLA-Vistahermosa Alicante. La médico señala que «todo cambio, aunque sea una hora y parezca poco, puede afectar, sobre todo a las personas más vulnerables, niños y ancianos, a los que apenas salen y a los encamados, personas con un mayor riesgo de sufrir insomnio, porque tienen poco marcados los sincronizadores que hacen falta para dormir bien».

Los sectores económicos lo tienen claro: quieren que se mantenga todo el año el horario de verano, es decir, el que termina este fin de semana. «El de invierno no beneficia nada. Mientras hay luz natural la gente está en la calle, pero el invierno acorta el día y el cambio de hora nos perjudica. La gente se retira antes a casa y es una hora más que tienen que estar encendidas las luces exteriores, la cartelería y los focos», apunta Carlos Baño, presidente de Facpyme, patronal alicantina del pequeño y mediano comercio. Y más en tiempos en que la subida de la luz, según señala, triplica el coste de la factura en algunos negocios.

Nadie quiere el cambio de hora

En la misma línea, Nuria Montes, secretaria general de Hosbec, asociación empresarial hotelera y turística de la Comunidad Valenciana, señala que «para nosotros es interesante mantener el horario de verano todo el año. Los días así serían más largos por la tarde. Gran parte de los turistas se levantan avanzada la jornada y consumen. Es mejor tener más horas de luz por la tarde que no adelantar la mañana».

Cecilio Nieto, presidente de la Unión de Consumidores de Alicante y de la Comunidad Valenciana, cree que sería mejor mantener el horario de verano por el hecho de favorecer la actividad económica y porque considera que con el cambio horario no se ahorra energía. «Afecta por la tarde-noche, que al oscurecer antes puede influir en recogerte antes y disminuir el horario comercial real (que es cuando la gente sale a comprar). No se ahorra energía eléctrica prácticamente. Tal vez lo que haya que corregir es el horario laboral de las empresas, junto con los horarios de verano y de invierno».

Pablo de Gracia, profesor colaborador honorífico del departamento de Sociología 1 de la Universidad de Alicante y autor de un trabajo sobre el cambio de hora, explica que normalmente la gente prefiere el horario de verano porque se asocia con más horas de sol y se vincula a la posibilidad de disponer de más tiempo de ocio. «El resultado esperado (de mantener el horario de verano) no será el que la gente cree. No habría más horas de sol por tener una hora única. En invierno hay menos horas de sol y el día es más corto».

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