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El refuerzo de 6.000 sanitarios no permite alcanzar la media nacional

Los sindicatos calculan que la Comunidad aún necesita 9.000 trabajadores más para recuperar también los recortes de la anterior crisis

Protesta en Alicante para pedir un aumento de personal. | PILAR CORTÉS

La Conselleria de Sanidad ha prometido que el año que viene las plantillas en hospitales y centros de salud aumentarán en 6.000 personas para poder mejorar la asistencia actual. Sin embargo, este aumento de personal es aún insuficiente para que la Comunidad Valenciana se equipare a la media nacional, ya que según las estimaciones del sindicato CC OO aún sería necesario contratar a 9.000 personas más para poder equipararnos a la media del país y recuperar los recortes que el Partido Popular aplicó en la anterior crisis económica. «En aquellos años se perdieron 10.000 puestos de trabajo y sólo se han recuperado 2.000», destaca Rosa Atiénzar, secretaria general de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CC OO-PV.

El 25% de los refuerzos que necesita la Comunidad Valenciana, añade Atiénzar, «deberían ir destinados a Atención Primaria», la más afectada por la pandemia, con demoras en la asistencia y agendas infinitas para los médicos de familia y pediatras. Atiénzar cree que el anuncio de 6.000 personas más es un primer paso, pero que se tiene que ir completando con nuevos incrementos de personal en los próximos años. A nivel nacional, según los datos del Ministerio de Sanidad, hay una media de 14,3 profesionales sanitarios por cada 1.000 habitantes. Los 54.624 trabajadores de la Conselleria de Sanidad, según datos de la plantilla estructural de 2019, suponen una media de 10,9 trabajadores por 1.000 habitantes en la Comunidad Valenciana.

Desde el Sindicato de Enfermería, Satse, también califican de insuficiente el aumento de plantilla prometido por la Conselleria de Sanidad. Esta entidad ha reclamado en diferentes ocasiones que la Comunidad Valenciana necesita 17.212 enfermeros para equipararse a la media de la Unión Europea «y a nivel nacional también nos encontramos por debajo de las ratios», lamenta Emilia Guevara, secretaria de Organización del Sindicato. Debido a este déficit, recuerda Guevara, en la provincia aún hay hospitales que disponen sólo de una enfermera por planta durante las noches. «Por las tardes también se dan casos de una enfermera que tiene a su cargo a 18 enfermos, con la misma actividad prácticamente que una mañana, ya que se dan altas, hay ingresos y personas recién operadas».

Desde el Sindicato Médico piden a Sanidad que detalle la distribución de las 6.000 nuevas plazas y que un buen porcentaje vaya destinado a contratar a médicos, «sobre todo en Primaria, Urgencias y en algunas especialidades con más lista de espera, como es el caso de Traumatología», destaca Víctor Pedrera, secretario General del Sindicato Médico en la Comunidad Valenciana. También reclama este sindicato que el aumento de plantilla anunciado por Ana Barceló sirva para eliminar los contratos precarios que aún se hacen en algunos servicios, como es el caso de Urgencias, «donde se sigue contratando a profesionales a través de contratos de guardia para que hagan actividad ordinaria».

Los exentos de llevar mascarilla deberán tener un informe médico


Las personas que estén exentas de llevar mascarilla deberán acreditarlo a partir de ahora con un informe de su médico. Así se recoge en una concreción publicada ayer el Diario Oficial de la Generalitat Valenciana de la resolución del pasado 8 de octubre en la que se regulaba el uso de la mascarilla «Uso de mascarilla». Las personas que presentan algún tipo de enfermedad o dificultad respiratoria que pueda verse agravada por el uso de la mascarilla están exentas de llevar esta prenda. En corrección de ayer se añade que para ello «deberán contar con un informe médico, en documento oficial, expedido por el médico responsable de la atención de la patología correspondiente, en el que se exponga objetiva y rigurosamente que la persona presenta una enfermedad o dificultad respiratoria incompatible con su uso». También que por su situación de discapacidad o dependencia, «no dispongan de autonomía para quitarse la mascarilla, o bien presenten alteraciones de conducta que hagan inviable su utilización».

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