Palacio de Congresos de Alicante | Sonia Miralles y Arturo Calero Arquitectos

"La Playa", el sueño alicantino que rozó ser el nuevo Palacio de Congresos

Solo una propuesta alicantina consiguió colarse entre las diez reconocidas por el jurado internacional del concurso del Palacio de Congresos de Alicante. Se trata de «La Playa», un rompedor diseño de Miracle Arquitectos en el que Arturo Calero y Sonia Miralles buscaban recuperar espacio público para los ciudadanos

"La Playa", el sueño alicantino que rozó ser el futuro Palacio de Congresos

Jose Navarro

Alejandro J. Fuentes

Alejandro J. Fuentes

El pasado lunes, la Diputación de Alicante dio a conocer el proyecto ganador del concurso para diseñar el futuro Palacio de Congresos. Entre los diez seleccionados (tres premios, dos accésits y cinco menciones especiales) solo hubo una propuesta «made in» Alicante: la de Miracle Arquitectos o, lo que es lo mismo, Sonia Miralles y Arturo Calero.

«La Playa», como bautizaron a su proyecto, planteaba un rompedor diseño en el que las cubiertas del edificio se ponían al servicio de los ciudadanos con una serie de piscinas públicas que habrían permitido hacer uso y disfrute de la zona incluso aquellos días en los que no hubiese programado ningún evento. Al terminar la rueda de prensa para anunciar el ganador, decenas de personas se acercaron para ver los planos de «el de las piscinas», como se le empezó a conocer popularmente. Entre ellas se encontraban el alcalde de Alicante, Luis Barcala, el presidente de la Diputación, Toni Pérez, y el del Puerto, Luis Rodríguez.

Fuentes cercanas al jurado revelaron que, durante varios meses, la propuesta estuvo entre las favoritas para hacerse con el concurso y, una vez terminado, se entendió rápidamente por qué: todo el mundo quería saber más sobre La Playa.

Pregunta: Ahora que ya han pasado varios días desde el fallo del concurso, ¿cómo valoran su participación?

Respuesta: [A.C.] Ser concursero es ser deportista. Nos gusta el vínculo tan sugerente entre esta manera de ejercer la arquitectura y los valores o conceptos propios del deporte. Participar en concursos requiere un entrenamiento intenso, a veces duro y sacrificado, pero también placentero, ilusionante y vibrante. Y en este concurso teníamos que participar. Era en nuestra ciudad y abierto a todos los arquitectos, donde un estudio pequeño como el nuestro se encuentra en las mismas condiciones que grandes firmas nacionales e internacionales. Un concurso donde lo que se evaluaba era el proyecto y no exigían condiciones de facturación (imposibles para muchos arquitectos) o tener obras similares. Es un gran esfuerzo de más de 120 equipos pensando a la vez en cómo diseñar el mejor Palacio de Congresos en el puerto de Alicante. No nos lo podíamos perder.

P: ¿Qué les parece el diseño ganador?

R: [S.M.] Nosotros entendimos que este concurso nos estaba pidiendo a todos los participantes un posicionamiento como arquitectos en 2024. Es decir, se trataba de hacer algo más que un buen edificio. En un concurso de estas características pensamos que es importante reflexionar sobre la arquitectura y su futuro. Como Alfredo Payá siempre ha dicho: creemos que el material más importante de la arquitectura es la vida. Es esta materia la que ha de ser protagonista. La arquitectura solo ha de acompañarla y poner a su disposición plataformas y recursos que permitan su máximo desarrollo. Para nosotros no se trata de perseguir el esplendor icónico de una arquitectura, sino el de la vida que propicia.

Nosotros seguimos pensando que nuestro proyecto es el mejor, pero quien decide el ganador es el jurado.

Sonia Miralles y Arturo Calero

P: ¿Creen que era el mejor proyecto de los diez seleccionados?

R: [A.C.] Cuando te presentas a un concurso, evidentemente, crees que tu propuesta es la mejor y que va a ganar. Nosotros seguimos pensando que nuestro proyecto es el mejor, pero quien decide el ganador es el jurado. Siempre decimos que quienes verdaderamente se examinan en un concurso son los jueces.

P: Expertos apuntaban a un posible incumplimiento de las bases. ¿Lo entienden así?

R: [S.M.] Las bases animaban a que la ciudadanía pudiera alcanzar la costa litoral en este punto, así como por la totalidad de la actuación, por el borde del mar y a que se evitara todo planteamiento que resultara una barrera. De hecho fue esta cláusula de las bases la que nosotros entendimos fundamental y nos llevó al planteamiento que finalmente desarrollamos para este concurso. En el estudio, cuando estamos inmersos y ya tenemos una propuesta atada, siempre decimos de broma: «Seguro que alguien más va a hacer esto mismo...» Porque ya no ves otra solución para ese lugar que tanto has estudiado y con tanta intensidad. Y luego siempre te acabas sorprendiendo de cómo otros compañeros han optado por otros caminos totalmente diferentes. Este es el caso de la propuesta ganadora con respecto a nuestro proyecto de «La playa»…

P: Entonces, ¿no se plantean impugnar el resultado?

R: [A.C.] A día de hoy no pensamos que haya habido «trampa». Solo por desobedecer unas bases no impugnaríamos un certamen. De hecho, hay grandes edificios que admiramos y que ganaron sus respectivos concursos justamente desobedeciendo las bases. A veces hay que hacerlo cuando se está convencido de algo y se arriesga absolutamente todo a un concepto. Nosotros lo hemos hecho muchas veces, hemos perdido muchos concursos por ello y por tanto valoramos el riesgo. Esto es independiente de que para nosotros era prioritario en este concurso cumplir con ese requisito de las bases y por eso nuestra propuesta lo lleva hasta el extremo de hacer que la arquitectura se pliegue, se agache para permitir el uso y disfrute de todo su ámbito por parte de todos los ciudadanos.

Sonia Miralles y Arturo Calero, de Miracle Arquitectos, con los diseños de La Playa.

Sonia Miralles y Arturo Calero, de Miracle Arquitectos, con los diseños de La Playa. / Jose Navarro

P: «La Playa» fue de las propuestas más aplaudidas el pasado lunes. ¿Qué tiene el proyecto para conquistar de esa manera al público?

R: [S.M.] La playa es el espacio público por excelencia. De ahí parte nuestro proyecto: no solo se trata de hacer un centro de congresos, sino un gran espacio público. La playa es un concepto muy ligado a Alicante, a su historia, a su economía, pero también es un espacio de libertad, colectivo, para todos los ciudadanos por igual.

P: ¿Cambiarían algo del diseño una vez visto el resultado del certamen de anteproyectos?

R: [A.C.] Creemos firmemente que esta infraestructura captura todos los hitos alicantinos para disfrute contemplativo de todos los usuarios. Pero, al mismo tiempo, ella misma permite recorrer todo el borde del mar, sin esfuerzo, mediante rampas e itinerarios que cosen esta superficie con todo el entorno inmediato. Conecta con el monte Benacantil, el castillo, el horizonte y el mar, la fachada marítima de Alicante, el puerto… Desde sus cubiertas veríamos Tabarca, Santa Pola, la sierra de Aitana, de Mariola o el Maigmó. Seguimos convencidos de nuestra propuesta. 

P: Tanto el alcalde como el presidente de la diputación les felicitaron al término del acto. ¿Qué les dijeron?

R: [S.M.] Les contamos cómo la propuesta enlaza con las «villae maritimae» que se despliegan sobre la costa alicantina como la Punta de l’Arenal de Xábia, los Baños de la Reina de Calpe o las estructuras romanas para viveros de peces como las de la Albufereta. Pero también a través del uso, el del baño, les explicamos cómo conectamos con la historia más reciente de la ciudad recordando los balnearios del Postiguet. Alicante ha tenido siempre un vínculo muy fuerte con la actividad del baño que en gran medida contribuyó a su despegue en la carrera turística. Valientes construcciones sobre el mar todavía quedan en el recuerdo de los alicantinos. Nuestra propuesta quiere conjugar la función congresista con todo este mundo del ocio acuático. Y nos felicitaron.

P: ¿Creen que ha faltado valentía para elegir un proyecto más «rompedor»?

R: [A.C.] Para concursar hay que arriesgar, convencidos de la apuesta aunque el desenlace pocas veces acabe en podio y siempre actuando con juego limpio, respetando al rival. Seguro que ha habido otras propuestas valientes, incluso entre las no premiadas, siempre pasa… En nuestro caso, nosotros entendimos que aquí la valentía era callarse, haciendo desaparecer gradualmente la impronta del arquitecto para dejar que la ciudadanía fuera la protagonista real, más que la arquitectura. 

P: El jurado internacional también ha sido cuestionado estos días… ¿Es un elemento de prestigio o un «peligro» por no conocer la ciudad y sus necesidades?

[S.M.] Participar en concursos requiere preparar cada temporada, elegir bien los torneos y estudiar sus bases y reglamentos. Elegimos muy bien los concursos donde nos presentamos porque es importante que se den unas buenas condiciones para estar dispuestos a realizar el esfuerzo. Y en este se daban esas condiciones, con un buen jurado.

P: Urbanistas hablan de «oportunidad perdida» con el concurso. ¿Cómo lo valoran ustedes?

[A.C.] Nosotros no queríamos que la arquitectura limitara posibilidades de disfrutar de esta parte de la ciudad. Los palacios de congresos son enormes y costosas infraestructuras que en última instancia, acaba utilizando un grupo muy particular o específico de usuarios. Nosotros entendíamos que este espacio debía estar dirigido a muchos más tipos de personas y poder usarse incluso en horas y días que no haya congresos programados.

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