La Explanada de España, el paseo más icónico de la ciudad, mantiene los restos del belén gigante tres días después de que acabaran las Navidades. Las tareas de desmontaje por parte de la adjudicataria comenzaron el pasado viernes día 7, pero solo retiraron los tres monumentos de las figuras. Los escombros, señales, el vallado (por los suelos tras los fuertes vientos) y otros restos todavía ocupan el paseo de la Explanada en su intersección con la Rambla de Méndez Núñez.
El sábado, los restos se encontraban vallados, impidiendo que cualquier persona pudiera pasar por ahí. Sin embargo, el fuerte viento de hoy ha tirado las vallas, dejando la zona traspasable por los viandantes.
Este 2022 es el último de una adjudicación de tres años, que incluye la construcción de las tres piezas, con un coste total de 123.000 euros. El primer año estaba presupuestado en 70.400, ya que incluía el diseño y la construcción de las tres figuras, mientras que 2021 y 2022 tenían adjudicados 26.400 euros para las tareas de montaje y desmontaje, mantenimiento, adecuación y almacenamiento de las piezas.
A partir de 2023 la escena pasará a ser patrimonio municipal, aunque el Ayuntamiento deberá licitar un nuevo contrato para las mismas funciones que la empresa adjudicataria mantiene aún.
El nacimiento de la Sagrada Familia, construida en el taller del artista José Manuel García Esquiva, «Pachi», obtuvo el récord Guinness al belén más grande del mundo, con la pieza más alta siendo de 18 metros de altura.
Entre los restos que hoy aún permanecen sobre las teselas de la Explanada se encuentran las estructuras metálicas que se dispusieron este año sobre el suelo del paseo para, precisamente, no dañar las piezas del mosaico. Estas piezas metálicas fueron novedad este año al cambiar de ubicación el belén, que el año pasado se dispuso en la Plaza del Ayuntamiento. El concejal de fiestas, Manuel Jiménez, indicó que la estructura sobre la que se instaló el belén consiste de dos placas metálicas con una superficie de 13 metros cuadrados y 15 milímetros de grosor, «para repartir el peso de las figuras y cuidar el pavimento». Esta mañana, estas piezas aún estaban presentes en el paseo junto a los sacos de arena utilizados para hacer de contrapeso.
El bipartito del Partido Popular y Ciudadanos decidió este año cambiar la ubicación del belén. El alcalde, Luis Barcala, calificó de «acierto» la nueva ubicación en la confluencia de la Explanada con la Rambla de Méndez Núñez. El motivo, aseguraba el primer edil, se debía a que el belén «se ha convertido en una nueva imagen promocional de Alicante, que sirve de reclamo para los visitantes y contribuye a la reactivación del sector turístico y hostelero». Por su parte, Jiménez aseguró que la nueva ubicación se había decidido para que el belén estuviera «mirando hacia la Rambla, para que se vea por todos lados». Aseguró también el concejal que la ubicación de este año ya era su preferencia el año pasado, pero que se instaló en el Ayuntamiento por si había que perimetrar. Una vez acabadas las fiestas, sin embargo, no parece tan importante la imagen de la ciudad.
