En torno a un millar de personas, la mayoría de ellas ciudadanos ucranianos residentes en la provincia, han exigido este sábado en Alicante a la Unión Europea (UE) y la OTAN que actúen para defender su país de la invasión rusa, dado que, han afirmado, son las únicas que tienen capacidad para hacerlo. Entre otras posibles medidas, han llamado a que se cierre el espacio aéreo de Ucrania, de manera que sea imposible realizar ataques desde el aire y eso favorezca, según han expuesto, que el Ejército pueda hacer frente a la situación, además de que la población civil quede de esa forma más protegida.
La movilización realizada este sábado, que se ha desarrollado en la plaza de la Montañeta, ha tenido una respuesta muy similar a la que se llevó a cabo ayer. Organizada por la Asociación Amigos de Ucrania en Alicante, ha contado con la participación de personas de todas las edades, que han ido llegando de manera escalonada al lugar, la mayoría con banderas ucranianas y otros elementos azules y amarillos, los colores de la enseña, así como diferentes carteles en contra de la guerra y, muy especialmente, del presidente ruso, Vladimir Putin. También se han exhibido banderas y pancartas alusivas a la necesidad de que la UE y la OTAN intervengan en los acontecimientos.
En el acto se ha hecho un llamamiento reiterado al auxilio de la población civil, recordando que es la que está sufriendo los peores efectos de una guerra, sobre todo las personas más vulnerables, todo ello en Europa en pleno siglo XXI. Por ello, tal y como han insistido los organizadores, es fundamental "que nos escuchen los gobiernos", porque "la población está sufriendo, nuestros familiares están bajo las bombas". Con ese objetivo, además, se ha promovido una recogida de alimentos, ropa, dinero y medicamentos, para hacerlos llegar a las personas que no pueden salir de Ucrania o que ya están refugiadas en países vecinos como Polonia.
Muchas personas han llevado algunos de esos artículos, así como cantidades en metálico, que han ido depositando en el centro de la plaza. En cualquier caso, se ha anunciado la creación de un colectivo, denominado Quién si no Nosotros, que se encargará de canalizar estas donaciones de tipo material, junto con la Asociación Amigos de Ucrania en Alicante, y que irá informando de sus actividades a través de un canal de Telegram. También se ha pedido colaboración a quien disponga de viviendas, para el momento en el que lleguen refugiados.
El sufrimiento de los civiles ucranianos se ha hecho patente a través de los distintos testimonios que han ido tomando sucesivamente el micrófono, y que han apelado a la solidaridad internacional y a medidas más contundentes como la del bloqueo del espacio aéreo del país para impedir los bombardeos. "¡OTAN, ayuda!" ha sido un lema que ha comenzado a corearse de manera espontánea cuando un hombre ha aludido a esta cuestión. Algunas personas han hecho referencia a familiares suyos. Entre las intervenciones ha habido la de una ciudadana rusa, que ha calificado de "criminal de guerra" a Putin, y la de otra polaca, que ha comparado el momento actual con la situación de su país en septiembre de 1939, cuando la invasión por parte de Alemania dio origen a la II Guerra Mundial. En varias ocasiones ha sonado el himno ucraniano, ante el cual se ha guardado un solemne silencio, y en otra ha sido cantado por los propios manifestantes.
A la protesta han acudido la subdelegada del Gobierno, Araceli Poblador, y el concejal de Presidencia del Ayuntamiento de Alicante, Antonio Peral. La representante estatal ha querido dar, en nombre del Ejecutivo, "todo nuestro apoyo y nuestro cariño" al pueblo ucraniano, y ha asegurado que "vamos a poner todos los medios" para prestar ayuda, porque "España siempre ha sido un pueblo humanitario". "Contad con el Gobierno de España y los ciudadanos españoles", ha recalcado. Por su parte, el edil, que ha excusado la presencia del alcalde, Luis Barcala, por encontrarse fuera, ha señalado también que "toda la ciudad de Alicante está con vosotros" ante esta "brutal agresión" por parte de Rusia, que ha definido como "la mayor atrocidad que se ha producido en este siglo" en Europa.
Entre los presentes, decenas de duras historias personales, como la de Yana Rogovchenko, una joven con doble nacionalidad hispanoucraniana de 23 años, que vive en Almoradí desde los seis pero tiene en Kiev a toda su familia salvo a la más directa: abuelos, primos, sobrinos... "Es horrible", explica emocionada a este periódico. "Allí está mi familia, mi infancia, mi tierra, mi paisaje... Todo. Nunca creí que me tocaría vivir esto, y no podemos hacer nada" por evitarlo. "Es muy duro estar así por un loco", señala en alusión a Putin. La joven lamenta que los ucranianos "al final estamos solos, y eso es lo que más duele". Sabe que su cuñada y sus sobrinos sí han podido llegar a Polonia, pero teme por el resto de sus familiares.
Yana apenas ha podido dormir estos últimos días por la incertidumbre, al igual que Anait Yarutunova, residente en Benidorm y que tiene a toda su familia en la ciudad portuaria de Odesa: sus padres, ya mayores, sus hijos, sus nietos... Explica que pensaba viajar a Ucrania el próximo 17 de marzo para celebrar el cumpleaños de un nieto, al que ahora no sabe cuándo podrá ver de nuevo. Pide "a la UE y al mundo que paren a Putin, porque él por sí solo no se detendrá", al tiempo que narra las vicisitudes por las que ya han tenido que pasar sus familiares, "apagando las luces por miedo y durmiendo en sótanos por los bombardeos".
