Estudiantes del Instituto Cavanilles de Alicante se han implicado a lo largo de este curso en la creación de prototipos tecnológicos que apuntan hacia las investigaciones universitarias más punteras en tema de baterías de hidrógeno y energías renovables.
El departamento de Tecnología del centro favorece que, de forma colaborativa, construyan sus propios coches y patines limpios, que funcionan con la luz solar, o drones igualmente tuneados y hasta un scalextric casero sobre parqué. Los proyectos que dejan con la boca abierta incluso a otros docentes del instituto.
La iniciativa impulso a su vez la participación de las alumnas para combatir el sesgo de género y por el cuidado ambiental. La estudiantes demuestran con sus propios prototipos, tal y como detallan a preguntas de este diario, que el impulso por las carreras STEM, de Ciencia, Matemáticas, Ingeniería y Tecnología, van calando entre ellas al igual que la puesta en práctica de los ODS, Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Agua
"Mi coche de hidrógeno funciona con agua", apunta Juliana Benavidez, en primer curso del Bachillerato de Ciencias. En lugar de la típica pila eléctrica, Juliana ha echado agua en el catalizador hasta que se llena, y en el recipiente de la parte delantera agua destilada. "La electricidad se genera con paneles solares", añade.
A la hora de comprobar que funciona, como buena científica en ciernes, percibe que el hidrógeno suelta burbujas, porque es señal de que ya es gaseoso, "y entonces conecto los dos cables con la pila de hidrógeno y funciona con la rueda loca". Aunque el prototipo no deja de tener sus cuatro ruedas, solo están a modo de soporte y lo que hace que arranque el original automóvil es "la rueda loca de abajo".
Mi coche de hidrógeno funciona con agua en lugar de una pila eléctrica
Demuestra idéntica habilidad en el manejo tecnológico que en la explicación del proceso. No en vano confiesa que se quiere dedicar a Magisterio "con la finalidad de trasladar a los estudiantes lo que aprenda de tecnología, aunque sea a un nivel básico. Me gustaría despertarles el interés, porque creo que se da mucha teoría y espero motivarles hacia su vocación", confiesa.
Pasión
Verónica San Pedro, que cursa tercero de la ESO, ha hecho por su parte un coche con mando "que está bastante guay". Despliega una pasión arrolladora por su trabajo. "Resulta fácil en equipo, pero hay mucho trabajo detrás aunque mola y es muy divertido" asegura. Le resulta impactante ver cómo se mueve el coche con un mando, tras haberlo fabricado a base de cartón y madera. "Hasta los profesores flipan en colores", añade. A lo que se quiere dedicar es a la Arquitectura o continuar tras la Secundaria con un grado medio o superior relacionado con el Arte.
El coordinador de los talleres, Eusebio López, se ha implicado junto a la jefa del departamento de Tecnología, Susana Balart, y los profesores de Tecnología, Juan Ramón Vicente, María José Benimeli y Manuel Vázquez, en la Expo Tecno que muestra los prototipos que han logrado los estudiantes a lo largo del curso bajo la temática "la transición a la movilidad eléctrica y la reducción de gases de efecto invernadero".
"Intentamos que los alumnos innoven a partir de la robótica y la programación y hagan cosas nuevas en electrónica desde el respeto al medio
"Lo que tratamos es que los alumnos innoven a partir de la robótica y la programación, que hagan cosas nuevas en electrónica desde el respeto al medio ambiente y la movilidad eléctrica", explica López. Dedican entre tres y cuatro horas semanales en las que el alumnado se sumerge en proyectos prácticos, originales y sostenibles, porque si se divierten, como añaden los profesores, el interés se dispara.
Patinete
En segundo de la ESO los alumnos han hecho un patinete eléctrico, y sobre el monopatín sitúan un muñeco articulado que incluso saca las patitas y da patada con una manivela. El impulso eléctrico le empuja y conciencia a los propios estudiantes de que se pueden mover de forma limpia por la ciudad. "Desde los estudiantes se llega también a los padres. Les preparamos para que se olviden de la gasolina a través de la tecnología innovadora", apunta el profesor.
Y entre los prototipos más originales, los propios docentes destacan el scalextric casero, que en lugar de vías dispone de una tarima flotante sobre un bastidor de madera en el que los estudiantes han tallado la ranura de los circuitos y electrificado cintas de cobre para favorecer el contacto con los coches. Para completar el espectáculo, cada estudiante elige su propio chasis. Los hay tipo Bob Esponja, bólidos de Fórmula 1 y carrocerías antiguas.
Alejandro Esteso dice que lo más complicado para él fue la base del parqué para conseguir la estabilidad. "Mi coche es una plancha de madera, el motor pegado debajo con silicona y con dos alas que salen y a las que se conecta la rueda para que se mueva". A la carrocería le dio forma de bólido rojo con líneas negras a los lados y el casco naranja, "a lo Carlos Sainz hijo", destaca el autor que piensa hacer el Bachillerato tecnológico de ciencias y ser oficial del Ejército.
Pedro Ferré, en primero de Bachillerato, ha creado un coche teledirigido por bluetooth que controla tras vincularlo al móvil. Para hacerlo más divertido han creado dos equipos, el Madrid y el Barça, y su ilusión es ser ingeniero. Los alumnos aprovechan que muestran sus logros para lanzar a un tiempo los mensajes contra la contaminación del planeta que ya tienen asimilados tras los talleres. "La gasolina contamina mucho. Estaría bien que todos los coches fueran como los nuestros para evitar la contaminación", dicen
A Sergio Herrera, que se ha encargado de la exposición del proyecto al ser uno de los mayores, en segundo de Bachillerato, le ha emocionado participar en algo "tan innovador, que me ha gustado desde el principio y ha sacado de mí algo que ni pensaba, porque construir algo es complicado y te hace crecer". Quiere se mecánico de aviones porque dice que reparar y usar las manos es su pasión.
