Un plan de ahorro que no convence ni a empresarios ni a trabajadores. El día de la entrada en vigor de las medidas para paliar la crisis energética, los comercios en Alicante han puesto la temperatura del aire acondicionado a 25 o 27 grados, pero no han podido cumplir con todas las medidas. Muchos de ellos señalan que por desconocimiento y porque tienen dudas al respecto de su aplicación.

Las patronales, por su parte, señalan que las pymes llevan ya un año realizando medidas de ahorro energético: "La energía no la están regalando. Desde noviembre muchos negocios ya realizan sus propias medidas", apunta Vicente Armengol, presidente del Colectivo de Comerciantes. Un punto en el que coincide con César Anca, presidente de la Asociación de Restaurantes de Alicante: "Parece una tomadura de pelo después de que las pymes llevemos un año tomando medidas, al igual que las familias".

"Parece una tomadura de pelo después de que las pymes llevemos un año tomando medidas", señala César Anca

Además, las patronales coinciden en que el 10 de agosto no ha sido la fecha inicial para dar inicio a este Real Decreto: "¿Es necesario en pleno agosto? Si pongo el aire a 27 en un salón con 400 personas desayunando, los empleados no pueden trabajar. Vamos muy deprisa y con un ritmo estresante de trabajo. No puedo ponerlo a 27. Ni empleados ni clientes se lo merecen", indica Victoria Puche, presidenta de la Asociación Provincial de Hoteles y Alojamientos Turísticos de Alicante (APHA). Anca, por su parte, cuestiona la imagen que van a obtener los turistas: "Con los monumentos apagados, se van a llevar una imagen que no es la más adecuada de la ciudad".

Una empleada de un comercio regula el aire acondicionado. Juani Ruz

Los comerciantes y los trabajadores, por su parte, se quejan de la temperatura con la que tienen que desarrollar su actividad: "Es un coñazo. Las cámaras frigoríficas emiten mucho calor y eso lo notamos los que estamos detrás", apunta Liliana Barceló, de la heladería Palenque. Una crítica que secunda Victoria Almau, que trabaja en la Vaqueria del Camp: "Hemos subido la temperatura para ajustarnos a la medida, pero se nota el calor". Los comercios se apoyan en los ventiladores para hacer el aire acondicionado más efectivo.

"No puedo ponerlo a 27. Ni empleados ni clientes se lo merecen", indica Victoria Puche

Algunos negocios, directamente, desconocen las medidas que tienen que aplicar: "No sabemos cómo actuar. Hablaré con mi gestor, estos cambios de medidas me recuerdan un poco al covid", señala Valero Sánchez, de la cafetería Mi Colombia. Otros negocios, que pertenecen a grandes cadenas, esperan indicaciones desde las oficinas centrales: "Tenemos un sistema automático que regula la temperatura, pero estamos esperando a que la central nos mande todo el listado de medidas que tenemos que aplicar", indica Juan Cardona, de la carnicería El Bierzo León.

Varias de las medidas, de hecho, no se cumplían en el primer día de su entrada en vigor. La más frecuente, la del cierre de puertas, que tiene que ser automático cuando esté activa la refrigeración o calefacción del interior. Muchos de los negocios no tienen un cierre automático y otros tienen el clásico sistema de puerta con muelle: "Hay que pensar quién asume esos costes y cómo se pueden poner en menos de un mes", señala Armengol.

Las patronales, sin embargo, aseguran que las medidas se cumplirán por parte de los comercios: "Simplemente pedimos lógica, un poco de cabeza. Nos ajustaremos pero no puedo empujar a los clientes a que no vengan a mi negocio", indica Puche. Algo en lo que coincide Armengol, que señala que "el panorama es complicado, pero no queda otra, la ley ha de cumplirse", y también Anca, quien apunta que "cumpliremos la ley como hemos cumplido todas desde el inicio de la pandemia".