Fue una lucha de David contra Goliat. En eso coinciden todos. Una batalla pública, que arrancó en una ciudad aletargada, en la que un grupo de personas con un arraigado espíritu crítico y con vínculos con la universidad plantó cara a un todopoderoso empresario como Enrique Ortiz, respaldado por un ayuntamiento dirigido por Luis Díaz Alperi, que pretendía impulsar como promotor un plan anclado en un modelo urbanístico desfasado e insostenible desde multitud de perspectivas, que incluía la construcción de unas 12.000 viviendas en el entorno de las lagunas de Rabasa. "Eran enemigos muy fuertes y con una ciudad ensimismada", admite Manuel Alcaraz, el primer presidente de la entonces denominada Plataforma contra el Plan Rabasa, que años después, ya con el objetivo encarrilado de frenar esa iniciativa urbanística que acabó tumbando repetidamente la justicia (empezando por el TSJ y hasta llegar al Supremo), pasó a denominarse Plataforma de Iniciativas Ciudadanas (PIC). "Nuestro paso adelante significó un agotamiento de la paciencia de personas con sentido crítico. Fue una especie de rebelión, porque de los partidos no podíamos esperar nada", añade Alcaraz. 

Un tenso pleno municipal, protagonizado por el Plan Rabasa, con la bancada socialista en la imagen PILAR CORTÉS

Los partidos en el Ayuntamiento por aquel entonces eran tres, aunque dos tremendamente mayoritarios: el PP, que gobernaba en solitario con 14 concejales, y el PSOE, con 12 concejales, entre los que destacaban Blas Bernal y Ángel Franco. Unos y otros, PP y PSOE, votaron a favor de la aprobación provisional del Plan Rabasa, en abril de 2005. La edil de EU se opuso. "Demostramos que pese a todo y a todos hasta lo que parece imposible también hay que lucharlo", añade Alcaraz.

Esa lucha iniciada contra el Plan Rabasa significó para el urbanista José Ramón Navarro Vera "la aparición de la sociedad civil" que supuso a su vez "una oportunidad para reflexionar sobre el modelo urbanístico de la ciudad".

El sociólogo y politólogo Carlos Gómez Gil recuerda la "soledad" con la que trabajaron, sobre todo en sus orígenes. "Fuimos un revulsivo frente a la corrosión política y moral, a los que insultaba el propio Alperi. Luego, cuando con argumentos y razones rigurosas y fundadas se demostró lo dañina de esa barbaridad urbanística, muchos se subieron al barco. Entre esos estudios, recuerdo uno que realicé sobre el impacto social del Plan Rabasa", agrega Gómez Gil, quien pone en valor que ese movimiento, con el tiempo, logró "impulsar otras miradas sobre la ciudad", aunque lamenta no haber conseguido "construir un movimiento horizontal", en alusión a alianzas con otros colectivos sociales.

Un lamento similar, aunque más cercano en el tiempo, también expresa el segundo presidente de la PIC, el periodista José María Perea: "El activismo necesita fuerza, no descorazonarse ni desanimarse en la lucha. Nosotros en ese aspecto hemos fallado porque no hemos conseguido darle continuidad a la plataforma". 

Dos portadas históricas respecto al Plan Rabasa informacion.es

En estos años, desde los mediados de la primera década de los años 2000 hasta ahora, casi dos décadas después, en la PIC no sólo se habló de urbanismo, que también y mucho, con la vista en la revisión de un PGOU de Alicante que sigue vigente desde 1987, sino que se debatió sobre patrimonio, movilidad y la relación entre Alicante y Elche, que fue el último gran tema que se abordó en la PIC, y ahora se despide con un temor compartido por sus miembros más destacados: la desigualdad social y la sostenibilidad. "El problema de la desaparición de la PIC, que seguramente es ahora necesaria tras ser un encuentro de voces críticas que cumplió el papel para el que se creó, es que la sociedad en general y la alicantina en particular cada vez está menos incentivada para la participación ciudadana en temas clave para el futuro, como el urbanismo, la movilidad, el cambio climático y el patrimonio", señala el geógrafo Jorge Olcina. 

Mirada social

A esa reflexión, Gómez Gil añade otra cuestión como es "la pérdida de la calidad de vida". Alcaraz no oculta su preocupación por "el momento crítico para la desigualdad" y sin olvidar una "necesaria reflexión sobre los servicios públicos en general". Y a esos partidos políticos a los que criticaba hace dos décadas, sigue apremiándoles más compromiso: "El PP muestra vagancia ante los problemas existentes en la ciudad y a la izquierda le basta con picotear, sin profundizar en nada". También Perea resalta esa problemática que cada vez entiende menos de barrios: "La pobreza y la desigualdad se han enquistado, cada vez llega a más sitios. Y tampoco vemos un avance, y ya no digo una transformación, de la ciudad con perspectiva de futuro". 

En este contexto, los esfuerzos para dar continuidad a la plataforma, con las actualizaciones que hicieran falta para ajustarla a los nuevos tiempos, para seguir impulsando debates desde una mirada crítica sobre los asuntos que siguen vigentes en la ciudad se hicieron, pero sin éxito. "Hemos intentado rejuvenecerla. Yo, en concreto, he intentado involucrar a mis alumnos de Arquitectura, pero ha sido imposible, han perdido la fe en la democracia. Y en Alicante tampoco ha habido nunca una federación de asociaciones de vecinos, que tanta fuerza han tenido en otros municipios", lamenta Navarro Vera, quien insiste en que Alicante, tanto entonces como ahora, sufre la "baja conciencia de ciudad que se tiene". Los vecinos, según un análisis de años de experiencia, "se movilizan por aquellos problemas que les afectan directamente", en alusión a la construcción de un aparcamiento o la reurbanización de una avenida, "pero no por cuestiones generales", como puede ser la movilidad urbana y el urbanismo. 

El Plan Rabasa llegó a protagonizar ninots en las Hogueras RAFA ARJONES

Para el último presidente de la PIC, el informático Manuel Marco, "en Alicante queda todo por hacer, prácticamente". "Hay problemas que ya estaban ahí cuando nosotros nos unimos contra el Plan Rabasa y que se han agravado con los años, como la inclusión social en la Zona Norte", subraya Marco, quien pasará a la historia de Alicante como el último dirigente de la plataforma, pero lo hace con la ilusión de que quede un germen del que aparezcan otras entidades: "A ver si algún otro colectivo sigue esta estela, a su manera. Nuestras formas ya no valen a los jóvenes, porque hemos vivido momentos históricos distintos, nosotros venimos de la Transición". En esa mirada atrás, Marco reconoce un "pecado" de la PIC cuando se produjo un cambio de color político tanto en el Ayuntamiento de Alicante como en la Generalitat: "Nos costó más hacer crítica a los gobiernos de izquierda". 

Dos jornadas para una última mirada al pasado y futuro

La Plataforma de Iniciativas Ciudadanas (PIC) se despide oficialmente esta próxima semana con dos actos en la Sede Ciudad de Alicante, a las 19 horas. Este martes 8 de noviembre, se celebrará una mesa redonda bajo el título "La última mirada de la PIC: mirando al futuro de Alicante", con la participación de Antonio Escudero, catedrático emérito de Historia de la Economía de la UA; Cata Iliescu, vicerrectora de Cultura de la UA; Jorge Olcina, director de la Sede, y Sonia Tirado, directora general de Innovación. Un día después, el miércoles 9, será el turno para la tertulia "Aquellos tiempos de la PIC", en la que intervendrán los tres presidentes históricos de la plataforma: Manuel Alcaraz, José María Perea y Manuel Marco, además del director general de Contenidos de INFORMACIÓN, Juan R. Gil.