La configuración del Estado español actual, donde sobresale la relación entre ayuntamientos y diputaciones, tiene su origen en el siglo XIX, época en la que se fue configurando un modelo territorial que sentó las bases de una «intensa y apasionante» relación entre diputaciones y municipios en el ordenamiento jurídico. De esto habló durante su intervención José Antonio Pérez Juan, catedrático de Historia del Derecho y de las Instituciones de la UMH.
En opinión del experto, la organización y vertebración del territorio español es uno de los más importantes procesos. «Las diputaciones han tenido una evolución convulsa al estar siempre en el candelero político, ya sea para centralizar o descentralizar la administración estatal», recordó. En este punto, enfatizó que el origen de las diputaciones no fue el de la prestación de servicios públicos «sino como una institución política para controlar los municipios».
La aparición de las diputaciones como instituciones complementarias a los ayuntamientos surge a partir de 1925
Una consideración que cambia en 1925 con el Estatuto Provincial, la norma reguladora de las diputaciones provinciales en España y que fue promulgada el 21 de marzo. « A partir de 1925 aparece la Diputación como institución complementaria a los ayuntamientos». Así, consideró que es en esta época dónde está el origen de la consideración de la Diputación como «el Ayuntamiento de los ayuntamientos»
Por tanto, «la relación entre diputaciones y ayuntamientos es esencial por motivos históricos y también jurídicos. Las competencias están reconocidas por la Constitución y, entre los objetivos de las instituciones provinciales, están los de garantizar los principios de solidaridad y equilibrios intermunicipales, asegurando los servicios de competencia municipal.
«La asistencia y cooperación municipal para garantizar los principios de solidaridad son funciones de las diputaciones y respetan el concepto de autonomía municipal», recordó José Antonio Pérez Juan.
Un debate siempre presente
El debate sobre la existencia de diputaciones es una controversia que no supone ninguna novedad. Tal y como evocó el catedrático, la grave crisis económica de 2008 puso de manifiesto la necesidad de reformar el mapa municipal español y la asistencia de las diputaciones ocupó un lugar importante en el debate de las elecciones de 2011.
Los argumentos, tanto a favor como en contra, son varios y recurrentes. De esto también se hizo eco en su ponencia. Los primeros estiman que las diputaciones son imprescindibles para dotar de servicios a pequeños municipios. «Incluso los que piden su cancelación solicitan la creación de un organismo similar», señaló José Antonio Pérez, al tiempo que dejó sobre la mesa otros argumentos a favor el de que su trabajo es fundamental para la asistencia técnica y financiera de los pequeños municipios. En el lado opuesto, los detractores de las instituciones provinciales creen que su eliminación supondría un ahorro económico al eliminar la duplicidad de funciones por la propia indefinición de las funciones de las diputaciones.
En esta lucha dialéctica, el profesor de la UMH lanzó algunas ideas a tener en cuenta sobre el futuro de estos organismos y su relación. Por un lado, consideró que las diputaciones «deberían ser de una competencia administrativa transparente cuando, en la actualidad, hay discrecionalidad», por lo que consideró que «la formación actual de las diputaciones debe revisarse».
Sobre la posibilidad de que fórmulas asociativas municipales como las mancomunidades, pudiesen suplir a las diputaciones, José Antonio Pérez indicó que no parece una alternativa poco viable porque no pueden abordar políticas duraderas «ya que pueden estar sometidas a la voluntad política de las partes».
Para finalizar y como conclusión a la relación que hay entre los entes municipales y supramunicipales, el catedrático de Historia del Derecho y de las Instituciones de la UMH concluyó que «lo importante no es el nombre de las instituciones: lo importante son las funciones que desempeñan».
