«Nos afecta a todos, porque no solo perjudica a los vehículos que pasan, sino que hay personas mayores que se aíslan en casa por el mal estado del acceso a su vivienda». María José es una de las vecinas de la partida crevillentina de San Felipe Neri que vive a menos de un kilómetro del Parque Natural del Hondo. Para acceder a su vivienda tiene que cruzar una vía pecuaria próxima a los 800 metros que está repleta de baches que, con el paso del tiempo, se han acentuado y que hacen bastante complicada la circulación de coches y motos, hasta el punto que, por ejemplo, desde hace dos años ya no pasa el autobus escolar que recogía a varios adolescentes para llevarlos a institutos cercanos, ya que la empresa de transporte alega que el servicio no podrá recuperarse hasta que se ponga fin a los baches. El Ayuntamiento señala que está previsto que en unos tres meses se asfalte la vereda, a pesar de que el proyecto es de 2017.

Por el momento, a los conductores no les queda otra que esquivar las oquedades como buenamente pueden a lo largo del camino y para reducir el impacto se aproximan demasiado con el coche a los márgenes de un canal que transcurre por la zona, titularidad de los Regantes de San Felipe Neri. Este vial está bastante transitado durante el día, ya que es el mismo que cruzan decenas de visitantes para llegar a una de las entradas principales del parque natural, concretamente la que lleva al centro de visitantes. Para mejorar la seguridad en la zona, los residentes vienen reclamando desde hace unos cinco años que se reparen las deficiencias. Podría ser el caso de Marna, una inglesa de 71 años que lleva un tiempo sin salir de casa porque padece problemas de espalda y para ella es todo una odisea tener que atravesar este kilómetro entre socavones.

Recientemente, incluso, grabó un vídeo en el interior del vehículo mostrando los vaivenes que hacía el coche para explicarle al Ayuntamiento su situación. Su marido, Roy, secunda las palabras de su mujer «porque este podría ser un lugar fantástico y por ello nos vinimos aquí a vivir hace doce años, pero al día necesito salir seis veces y es insoportable pasar por aquí».

Al tratarse de un entorno rural sin establecimientos cercanos, hay otros que también sufren el mal estado de este acceso como Manuel, un panadero que reparte a domicilio con su furgoneta y se ha replanteado seguir abasteciendo a los residentes de la zona. Duda que le salga rentable teniendo en cuenta que debe tener mucho cuidado cada vez que pasa e incluso se le rompió recientemente un amortiguador del coche al caer en uno de los socavones. En este sentido, los residentes critican que durante todo este tiempo han tenido que hacer frente a varias averias de sus coches por este motivo, e incluso han colocado un cartel alertando a los conductores del mal estado del firme. Los vecinos insisten en que lo han intentado todo, desde presentar escritos en el Ayuntamiento buscando una solución o incluso recogiendo firmas por las viviendas, aunque un grueso de las casas son de segunda residencia.

Solución

Los vecinos reseñan que todo este tiempo se han puesto «parches» provisionales a los socavones con capas de zahorra, ya que era el material autorizado por la Conselleria de Medio Ambiente para que no supusiese un impacto ambiental en el entorno natural. Sin embargo, cuando llueve fuertemente vuelven a aparecer los baches y de media el Ayuntamiento ha tenido que actuar una vez al año en el lugar. Los residentes, además, han optado en varias ocasiones por colocar baldosas para tapar algunos hoyos. Entienden que debería ser competencia municipal el arreglo definitivo ya que ellos no son propietarios de este camino rural.

En cuanto a las obras, desde el ejecutivo local apuntan a este primer trimestre del 2020 para asfaltar la vereda, que cuenta con los informes favorables del gobierno autonómico. Las obras costarán 141.570 euros y se cubrirá cerca de un kilómetro de camino. El proyecto ya lo contempló el PP en las inversiones financieramente sostenibles de 2018 y no se ha podido ejecutar hasta la fecha, porque se ha tenido que resolver un largo proceso de subsanación de errores en la documentación que presentaron las empresas, y todavía está en estudio una de las ofertas.