"¿Huele a maría?... y ¡mucho!", eso es lo primero que habrán pensado esta mañana los bomberos del Parque Comarcal de Elche, adscritos al subparque de Crevillent, mientras se aproximaban a toda velocidad y con la sirena anunciando la urgencia a sofocar un incendio que, según el parte que les había llegado minutos antes el Consorcio de Extinción, se había producido en un pequeña casa situada en la partida de La Coralada. Nadie sabía lo que allí les esperaba.

Y no, sus olfatos no les engañaban porque lo que había dentro de la vivienda era una plantación de marihuana que se había echado a perder por culpa de las llamas. Todo el sur de la provincia, bueno y también el resto, es un enorme invernadero de marihuana, como lo demuestra el que no haya mes en el que no se descubra, casi siempre de forma casual por lo bien escondidas que estén, alguna de ellas. Muchas veces, incluso aprovechando el tendido eléctrico para ahorrarse en la abultada factura que tiene este cultivo. La plantación de esta mañana era una más. Una perfecta fábrica para la producción de la droga, donde no faltaba de nada para facilitar el crecimiento rápido que facilitara a sus propietario un lucrativo negocio mucho más allá que cualquier otro que se piense que puede dar la tierra.

Los bomberos actuando en la finca reconvertida en plantación de marihuana Consorcio

Los bomberos, tan cumplir con su obligación, que fue salvar lo que pudieron de la vivienda, dieron aviso a la Guardia Civil y a la Policía Local porque, aunque su misión había acabado, comenzaba la de otros cuerpos.

El siniestro no registró heridos y se produjo a las nueve de la mañana por causas que se están investigando, aunque todo podría apuntar a un fallo de alguna de las máquinas que se utiliza para garantizar las condiciones en las cuales las plantas crecen más rápido y mejor. Al lugar del siniestro se desplazó una bomba urbana pesada, una unida de mando de la Jefatura y ocho bomberos, incluyendo al sargento y al cabo.