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El reclamo de Tabarca genera la apertura de dos hostales en Santa Pola y estancias de tres días

El cierre desde hace más de un año de dos hoteles tradicionales de la villa marinera, como «Patilla» y «Polamar», se ha visto compensado con la inauguración de un complejo de cuatro estrellas junto a la carretera nacional, en la urbanización Gran Alacant

Arriba un nuevo hostal abierto, en el centro el hotel Patilla cerrado y abajo el de Gran Alacant. | ANTONIO AMORÓS

Santa Pola empieza el verano con sólo dos hoteles en funcionamiento en todo el término municipal después de que en el último año hayan cerrado sus puertas dos de los hospedajes más icónicos de la villa marinera. La oferta, sin embargo, se compensa con la apertura en los últimos meses de dos hostales repartidos por el núcleo urbano así como la puesta en marcha del hotel de Gran Alacant, de cuatro estrellas, que situado a los márgenes de la N-332 espera ser un referente para el turismo de negocios. Abrió hace apenas un mes y se convierte en el hospedaje con más habitaciones, 106, de la villa marinera, a pesar de estar a kilómetros del núcleo urbano. «No estamos en la playa pero muy cerca del aeropuerto y mucha gente antes de irse de viaje duerme en nuestro hotel», explica Coke Solaz, jefe de recepción.

Todos los alojamientos tienen las esperanzas puestas en este verano después del bajón de reservas de la pasada temporada, cuando las restricciones por la pandemia de coronavirus no eran tan flexibles.

El reclamo de Tabarca genera la apertura de dos hostales en Santa Pola y estancias de tres días

El Hotel Patilla es uno de los dos establecimientos que cerró sus puertas al inicio de la crisis sanitaria. Emitió en su día un comunicado para avisar a los clientes que cerrarían de forma temporal por la situación epidemiológica y hasta la fecha no consta una fecha de apertura. Desde el pasado 14 de mayo de 2020 la empresa no actualiza información en sus redes sociales cuando siempre han sido activos.

El Hotel Polamar, otro mítico en la villa marinera con más de medio sigo de historia, también tiene sus puertas cerradas y precintadas por dentro desde antes de que estallara la crisis sanitaria. Hace un año la mercantil que lo explotaba entró en fase de liquidación como informó en su momento este diario. Representantes actuales del inmueble han declinado hacer declaraciones sobre el futuro del hotel.

A nivel municipal lamentan estas dos grandes ausencias, ya que de alguna manera se caen dos referentes turísticos en la localidad en dos puntos estratégicos como son la primera línea de playa frente al Ayuntamiento y el centro histórico.

Julio Baeza, edil de Turismo, cree que este tipo de pérdidas nunca son positivas pero al mismo tiempo entiende que no tendrá un impacto fuerte en el turismo ya que la oferta está muy diversificada. El concejal señala que la planificación urbanística que se hizo hace décadas de la villa marinera potenció la construcción de múltiples apartamentos que ahora se explotan con tintes turísticos, mientras que nos se fomentó la construcción de hoteles, ya que esta oferta es mínima para las características de un municipio referente en turismo.

Aún y así, en los dos últimos años han abierto al menos dos hostales. La clave puede estar en que para habilitar estos espacios hacen falta menos metros, menos trámites y una inversión muy inferior que levantar un hotel.

Almudena Cremades atiende detrás de un mostrador de uno de estos nuevos establecimientos. «Hostal Beach» abrió el pasado verano aunque la inauguración se esperaba para Semana Santa, cuando el estado de alarma les retrasó. La recepcionista indica que al tener sólo cinco habitaciones y sólo servicio de hospedaje los usuarios suelen ir únicamente a dormir. La estancia media por ahora suele ser de dos días, en concreto los fines de semana, aunque la previsión es que aumente a los cinco días en agosto. En cuanto a la procedencia, menos del 10% son extranjeros y los que se desplazan suelen ser del interior del país.

El reclamo de Tabarca genera la apertura de dos hostales en Santa Pola y estancias de tres días

«En verano hay comida para todos, y fuera de la temporada otro tipo de cliente más comercial», apunta Pepi López, trabajadora de la pensión alojamientos Santa Pola, que en este caso tiene seis habitaciones y su principal cliente suelen ser parejas que se quedan de dos a tres días.

«No hay desayuno ni infraestructuras para que quieran quedarse más días», apostilla. El cierre de los dos hoteles entiende que no es positivo pero también puede deberse a un cambio de tendencia «y otras formas de viajar porque por ejemplo ya las recepciones no se necesitan 24 horas», señala. Todos coinciden, además, en que uno de los principales reclamos para pasar la noche es la cercanía con la isla de Tabarca.

Apartamentos de lujo para atraer a los noruegos

El negocio de los alojamientos en Santa Pola también está virando hacia mercados concretos como el noruego. En el último año, por ejemplo, una inmobiliaria y a la vez promotora ha transformado un edificio antiguo en apartamentos de lujo en Gran Playa para atraer a públicos específicos con servicios como piscina en la azotea y una decoración cuidada de estilo nórdico, como apunta Olga Farlenko, agente de estas instalaciones llamadas Santa Pola Apartments. Apunta, igualmente, que este es la tendencia que podría verse en los próximos años.


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