Finalmente se consumaron los peores presagios. Tras la renuncia hace un año a la Liga Asobal y el consiguiente descenso de dos categorías, el presidente del Balonmano Altea Salvador Lledó renunciaba a presentarse a la reelección del cargo, lo que abrió una crisis en la ya delicada situación del equipo alteano al final de la presente temporada.

El concejal de deportes alteano Eloy Hidalgo intentó sin éxito la captación de un nuevo presidente, después de tres asambleas infructuosas de socios, sin que nadie se hubiese presentado al cargo. A pesar que el anterior presidente asumió una póliza firmada a título personal, la deuda que seguía pendiente (unos 180.000 euros), además del presupuesto del Club era una losa demasiado pesada de asumir para los presuntos aspirantes a la presidencia del mismo.

Finalmente la creación de un nuevo club (Handbol Esportiu Altea) presidido por Toni Fuster ha sido la solución para los equipos alteanos que deberán comenzar desde la categoría más baja, la provincial, una nueva etapa, con el objetivo de devolver al balonmano alteano a una categoría digna en un plazo de tiempo lo más corto posible, contando con el apoyo de los buenos aficionados a este deporte.

Mientras tanto lo cierto es que con este nuevo capítulo, desaparecen 30 años de historia balonmanística alteana que llevaron al Club de la Villa Blanca, a las cotas más altas del balonmano nacional e incluso internacional, con la disputa durante tres temporadas de la Copa EHF.