El funcionario del Ayuntamiento de Benidorm imputado en la causa por el incendio de la Huerta, originado en un vertedero municipal, declaró ayer a la juez que la última quema en un foso se realizó dos días antes del siniestro, que tuvo lugar el pasado 7 de febrero.

El empleado municipal, según fuentes del caso, señaló que tras la incineración (podas de árboles y otros deshechos) no quedaron restos de leña ardiendo o brasas y que se cubrió el foso con arena. Pero admitió que el día del siniestro observó que faltaba parte de esa tierra. Asimismo, confirmó a la juez que está asignado al negociado de Servicios Técnicos, dependiente de la concejalía de Escena Urbana, que dirige la liberal Gema Amor. El imputado aseguró que en ese foso, situado en una parcela anexa al Cementerio, se efectuan quemas desde hace más diez años. Y declaró que la autorización general para éstas la expedía la Concejalía de Medio Ambiente, aunque los días concretos que debían realizarlas lo decidía, verbalmente, otro funcionario responsable del departamento de Servicios Técnicos.

El trabajador manifestó durante su declaración que no recibió curso de formación alguno para realizar estos fuegos, aunque sí sabía que no podían hacerse cuando había viento. El 5 de febrero indicó que no había viento. No obstante, dos días más tarde, la jornada sí fue ventosa. El empleado municipal declaró ante la titular del Juzgado de Instrucción número 2 por espacio de hora y media y fue asistido por un letrado designado por el Ayuntamiento, que también ha nombrado a otros dos, entre ellos el secretario general, para defender la posible responsabilidad civil del Consistorio. La juez mantuvo varios meses la causa en secreto para esclarecer el origen de unos huesos encontrados en el foso.

Finalmente, se confirmó que se trataba de restos óseos de animales, según ha verificado el Instituto Nacional de Toxicología.