El último puente festivo de sol y playa del año amenaza con provocar un nuevo fiasco en el sector turístico de la Costa Blanca, tras el cierre técnico de Madrid por el avance del coronavirus, y porque, además, la Costa Blanca solo tiene abierta en estos momentos un 30% de su oferta de alojamiento hotelero, unas 24.000 plazas de las 80.000 de la planta. La previsión del sector era de que unas 15.000 plazas se contrataran para el puente de octubre, pero el cierre de Madrid por el covid, deja la cifra de ocupación en torno a unas 10.000. Las restricciones por el covid en la capital de España y varios municipios de la comunidad madrileña han tenido un efecto demoledor, pues en dos días se ha pasado de una previsión de ocupación media del 60% a un 40%, veinte puntos menos,según los datos que manejaba ayer la patronal Hosbec. Podría mejorar algo con las reservas de última hora llegadas del turismo de proximidad, el autóctono de Alicante, Castellón y Valencia.

De hecho, los hoteles, apartamentos, bares y restaurantes han detectado un aumento considerable de la actividad durante los fines de semana, cuando se logran ocupaciones que, según las zonas, rozan el 80%. Ayer, por ejemplo, había hoteles en Benidorm con un 40% de reservas para el sábado y el domingo, coincidiendo con los dos días en los que el tiempo acompañará fijo. Un porcentaje aceptable al tratarse todavía del lunes y que, incluso, se espera superar con la reserva de última hora.

En juego, una facturación de tres millones de euros, que sería el gasto de los turistas del puente, de cuatro días en la Comunidad Valenciana al ser festivo el viernes 9 de Octubre. Precisamente, el turismo de proximidad es uno de los mercados que los expertos ven factible para tratar de capear esta temporada baja marcada por la ausencia de los jubilados españoles tras suspenderse el programa del Imserso.

Renfe tiene programados toda la semana siete trenes en cada sentido con Madrid, seis de ellos AVE -2.000 plazas- pero la compañía también prevé que la demanda de plazas con Madrid pueda resentirse. Un mercado que también se confía en que pueda recuperarse de cara al fin de semana es el de Aragón, esta vez por la cancelación de las fiestas del Pilar y las ganas que tienen los turistas maños de salir de vacaciones tras un verano semiconfinados. De momento, ayer Huesca y Zaragoza volvieron al nivel 2 de la desescalada, por lo que los bares cerrarán a las 22 horas, algo que puede animar a los aragoneses a bajar al Mediterráneo a disfrutar del puente, pero sobre todo se confía en el tirón a que puedan tener los cuatro días de fiesta en los vecinos de Valencia, Alicante y Castellón.

Por otro lado y tras el golpe que ha supuesto la cancelación del programa del Imserso, el diputado benidormense Agustín Almodóbar, (PP), ha presentado una proposición no de ley en la que propone invertir los 52 millones de euros que se han quedado colgado por la cancelación del programa del Imserso, en la creación de un programa alternativo de viajes del que se beneficiarían todos los españoles en sus viajes entre el 1 de noviembre y el 1 de abril de 2021, con independencia de su edad. Bajo el epígrafe «Disfruta España», el PP plantea que el Gobierno devuelva hasta un 30% del importe de las facturas de los turistas españoles con un máximo de 400 euros generados en establecimientos reglados, tanto de alojamiento como de hostelería. La tramitación sería directa o en las agencias de viajes.

Menos restricciones

Tras la decisión de Bélgica de abrir la mano al turismo con el levantamiento de la obligación de pasar una cuarentena de 14 días a los viajeros que regresen de España, Alemania también suaviza ahora sus restricciones, y aunque mantiene aún la cuarentena, esta será de cinco días a partir del jueves 15 de octubre, si el viajero no presenta un test que acredite que está limpio de covid. La Costa Blanca recibe todos los años 700.000 turistas alemanes.

El virólogo germano Christian Drosten, asesor de Ángela Merkel en esta crisis sanitaria, mantiene que pasados cinco días la mayoría de las personas ya no transmiten el virus. Sostiene que el periodo contagioso comienza dos días antes de la aparición de síntomas y acaba cuatro o cinco días después, por lo que en cinco días la infección habría terminado. Alemania exige a los viajeros que llegan de España llevar un test PCR negativo 48 horas antes, traducido al inglés o al alemán, y entregarlo al centro de salud de su residencia. En este caso ya no hay necesidad de cuarentena. También se puede someter a un test gratuito en el mismo aeropuerto, y esperar de 24 horas a 48 horas confinado hasta que le comuniquen el resultado negativo. En el aeropuerto de Fráncfort no es necesario en tránsito ni cuarentena ni test PCR, si no se abandona la zona Schengen.