Lo que fue se fue y vivir enganchado a lo que ya no existe puede hacerte sentir que tu vida no avanza.

Para que entren nuevos elementos en tu biografía has de abrir la puerta del pasado y dejar que salga todo lo que ya no necesitas, es una cuestión de corriente, cómo cuando ventilas el dormitorio.

Vivir apegado al pasado es vivir contra el cambio, es darle vueltas y vueltas a los mismos asuntos inconclusos. Es no querer cicatrizar heridas y mantener vivo el fuego del conflicto, la culpa, el pudo ser y no fue.

Image by Joe Webb

Da carpetazo

El halcón vuela aunque cambien las corrientes de aire. Deja también que los torbellinos de tu vida te lleven hacia el fluir del cambio sin tratar de aferrarte a lo que ya no será.

Parece ser que la evolución consiste en hacer cosas de las cuales nos enorgullecemos en algunos casos y otras que no volveríamos a repetir ni de broma, pero he ahí el proceso de crecimiento. Puedes quedarte enzarzado en el pasado lamentándote por algo que ya no vas a poder cambiar, o cerrar página, dar carpetazo, aprender la lección y continuar tu senda.

Ligero de equipaje

Cuanto más te centras en tu pasado menos tiempo tienes para vivir el presente, pues de momento no podemos habitar dos tiempos a la vez.

El pasado no está atrás, está dentro de ti, en tu maletero, en la baca, cargado hasta los topes como si te fueras a cruzar el Estrecho. Si cuando te vas de vacaciones no te llevas todo lo que tienes en casa ¿por qué tratas de transitar el presente con tantos trastos que ya no te son de utilidad?

Alquila un guardamuebles emocional y aparca allí todo lo que pesa demasiado o simplemente tíralo a la basura. Esa antigua discusión, esa crisis de pareja, la muerte de tu allegado, la vergüenza por un error descomunal, esa enfermedad que casi acaba contigo, la sensación de haber perdido el tiempo en una etapa de tu vida, el beso que no diste. Todo fue así porque necesitaste que fuera tal cual para hoy ser quien eres.

Pero hasta aquí hemos llegado con los asuntos del pasado. Suelta y verás qué ligero caminas, podrás elevarte y divisar tu vida a ojo de pájaro, podrás volar.

Tu esencia no conoce de tiempos verbales, tu esencia es la misma desde la infinitud. Si consigues reconocer que el pasado es humo, llegarás a comprender la pureza de tu esencia que, desnuda de artificios, es hoy igual que siempre y así seguirá siendo.

Tu vida va a dar un gran giro si vacías el maletero, si vas con lo puesto.

Suelta y confía

Si alguna vez fuiste quien no quisiste ser, perdónate, compréndelo, hiciste lo que pudiste según tu estadio evolutivo.

Soltar te hace entrar en estado de confianza, de fe en que todo lo que viene lo hace cargadito de lo mejor para tu momento.

Soltar es respirar, aflojar los dientes, relajar los hombros y aprender a cohabitar con lo inevitable, que de eso viene colmada la vida.

Siempre hay tiempo para empezar de nuevo, en cada momento puedes ser una nueva persona. Si aprendes a soltar el pasado podrás redefinirte una y mil veces hasta que te acerques a quien verdaderamente eres y sientas que por fin has llegado a casa.

Mira de frente

El error del pasado es tu sabiduría de hoy. Si todos miráramos hacia atrás viviríamos de espaldas a la vida. Al porvenir hay que mirarle de frente con el pecho abierto y la alegría de saber que los fracasos se convierten en heridas de guerra que te hacen más fuerte, más resistente y más audaz.

Cáete, pero no te lamentes por tus caídas del pasado porque hoy, ya estás levantado.

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