En el S.XXI los dedos han pasado a tener un mayor protagonismo que las manos por eso de las pantallas táctiles, los teclados y la digitalización galopante. Sin embargo, fomentar la actividad amanuense es necesario si quieres mantener una buena conexión con la Fuente.

Hoy me he dispuesto a escribir este artículo boli en mano, solo una vez acabado lo he tecleado para convertirlo en el post que estás leyendo. No resulta fácil eso de no poder cambiar un párrafo de lugar o tener que tachar alguna expresión que no te convence, pero según los neurocientíficos, mientras escribes a mano se activan más zonas del cerebro que tecleando en el ordenador. También favorece la memoria y la mejora ortográfica en el aprendizaje.

Image by Franz Falckenhaus

No propongo que escribas tus mails a mano, pero quizá si tomas notas personales, pensamientos profundos y reflexiones diarias estaría bien hacerlo de manera analógica. Más allá de escribir, cualquier actividad realizada con las manos gana en calidez, parece que le impregnas algo más de tu alma al asunto.

Cocinar, coser, dibujar, modelar, esculpir, cultivar, arreglar y otras tantas actividades manuales, a parte de darte el gusto de crear desde el contacto, te acercan a la atención plena. No puedes coser sin estar entregado a lo que haces, no puedes dibujar si no estás completamente ensimismado con lo que te traes entre manos.

La alas de tu corazón

Las tradiciones orientales relacionan energéticamente a las manos como las extensiones naturales de tu corazón y se les atribuyen propiedades sanadoras.

Cuando te das un golpe, lo primero que haces instintivamente es posar tu mano sobre la zona afectada para mitigar el dolor. El Reiki y otras terapias energéticas se basan en esta transmisión a través de las manos.

Todo lo que se hace con las manos tiene un sabor más humano. La artesanía tiene ese valor añadido del trato personal sobre el objeto, sobre el alimento. Por sencillo que parezca, hacer cosas con las manos necesita de un complejo mecanismo cerebral para poder llevarse a cabo.

Manos que tocan, manos que sanan

Masajear es uno de los actos más sanadores que puedes ofrecer a tu entorno, solo precisas de tus manos. En el sexo las manos juegan un papel primordial, a veces incluso más importante que los propios órganos sexuales.

La digitalización ya no va a dar marcha atrás, pero aún podemos evitar que nuestros dedos se independicen de su nave nodriza y ponerlos a su servicio.

El tacto es uno de los sentidos más olvidados y uno de los que mayores placeres y virtudes nos ofrecen. Tocar al bebé, al amado, a los compañeros, a los amigos, es posar tu bendición sobre ellos a través de un emisor enorme de sensibilidad y afecto como son tus manos.

Si todos estuviéramos dispuestos a unir nuestras manos, el mundo cambiaría de golpe y viviríamos en paz. Manera 42 de conectarse a la Fuente: Haz cosas con las manos.