Uno de los grandes motivos por los que has venido a la vida es para disfrutarla.

Una existencia en la que sueles estar postergando el disfrute a cuando cambies de trabajo, cuando vivas en otro lugar, cuando tus hijos sean mayores, cuando encuentres a la pareja ideal, cuando tengas tiempo para ti, es en realidad una inexistencia: Bienvenido a la vida a plazos, a la felicidad hipotecada.

Hoy me he permitido disfrutar de una agradable comida en medio de los pinos junto a mi amiga Marta y mi mujer, Yolanda, en un día absolutamente primaveral. Los pájaros cantaban sin cesar, estaban diciéndonos…disfrutad, disfrutad porque esto sencillo que ahora estás sintiendo, un día entre semana en medio del monte es el goce de la vida.

Image by Beth Hoeckel

¿Eliges rosas o espinas?

Cada uno disfruta de la vida según sus valores, de ahí que sea tan importante saber cuáles son los que rigen tu vida, cuáles son aquellos que te impelen a moverte y motivan tu acción.

Disfrutar es sentir que todo está bien. No es más que abrazar el momento, vacío de cargas, de culpa, de autoexigencias y permitirte vivir en estado de gracia, en ese estado en el que tu intención es la de regocijarte en la dicha. Es centrarte más en los pétalos y la fragancia de la rosa que en sus espinas.

Se habla mucho de felicidad últimamente, pero nos quedamos solo en la palabra. Se habla mucho de emociones, de espiritualidad, pero ocurre que se queda en el plano de lenguaje, del concepto intelectual y disfrutar no tiene nada que ver con el intelecto, el disfrute no se piensa, se experimenta.

Lánzate a experimentar el gozo en tu vida, el gozo que la Fuente instaló en tu software antes de nacer y que a veces se nos llena de virus troyanos que nos corroen con sentimientos de culpa por el simple hecho de sentirnos bien, de descubrirnos disfrutando del momento.

Siéntete merecedor

Mereces disfrutar de tu vida igual que el resto de la humanidad. Mereces ver la cara luminosa de la luna, sentir los rayos del sol, escuchar la melodía del silencio, compartir risas con un niño, jugar con las nubes, besar a tu amada, emocionarte con el olor de las flores, sentirte bien.

El goce está en las cosas más sencillas y para permitirte disfrutarlas has de diluir las creencias que te están bloqueando.

Coge pico y barrena, bisturí y escarpelo y profundiza en tu sima, detecta qué historias has implantado en tu psique que te niegan tu derecho innato a disfrutar de la vida.

Sé que lo sabes, pero te recuerdo por si acaso que esta vida es un regalo no un castigo, que mereces ser agasajado con las mieles y no solo con los lodos…estos últimos ya vienen solos.

Disfruto escribiendo estas líneas y me gustaría que las disfrutaras mientras las lees y que al menos reflexiones por un instante el nivel de disfrute que te permites en tu vida. ¿Si no es ahora cuándo? Manera 68 de conectarse a la Fuente: Disfruta.