Movistar ha terminado esta semana de emitir la miniserie de La Mesías. Un título que es desde ya una de las mejores del año y que consolida al dúo formado por Javier Ambrossi y Javier Calvo, apodados cariñosamente como "los Javis", como uno de los creadores televisivos de referencia en el panorama nacional televisivo. Mientras arrasaba La Casa de papel, ellos también vendieron a Netflix Paquita Salas. Hay ya toda una legión de actores que se va sumando a su troupe y cuyos cameos son inevitables con cada nuevo estreno. Con esta miniserie entierran su faceta más cómica y nos sumergen en una historia muy dura sobre las sectas y los fanatismos religiosos. Quizá en el germen de esta miniserie estaría en La llamada, donde repetía en papel protagonista la actriz Macarena García y en la que interpretaba a una joven a la que en un campamento de verano se le aparecía Dios y le animaba a evangelizar al mundo al ritmo de canciones de Whitney Houston. En La Mesías está presente ese uso de la música como instrumento evangelizador, pero su tono y su mensaje está muy alejado de aquel filme que comenzó como musical de teatro. Como diría Enrique Iglesias en una de las canciones de la banda sonora "es una experiencia religiosa". Pero muy, pero que muy distinta.

La Mesías es una historia de personas rotas que tratan de rehacer su vida. Algunas de ellas acaban en las redes de extraños cultos religiosos, a veces mucho más tóxicos de la realidad de la que pretendían huir. Desde los que persiguen platillos volantes a los que viven a su manera las Escrituras. La trama arranca con la presentación de los dos hermanos protagonistas (Roger Camasajor y Macarena García) que, cada uno a su manera, intentan dejar atrás su pasado marcado por una madre con delirios mesiánicos que les ha tenido durante años encerrados en una casa en los bosques sin dejarles tener apenas contacto con el mundo exterior. Un pasado que vamos conociendo a través de flashbacks con los que vamos reconstruyendo cómo hemos llegado a este momento. Un argumento que tratándose de los Javis parecía destinado a seguir la estela de Unbreakable Kimmy Schmidt de Netflix, pero que pronto nos arrastra por los caminos de la perturbadora Canino.

"Querido creyente, querido seguidor. Hola". Éste es el perturbador mensaje que desde la televisión lanza un pintoresco grupo de música cristiana que visten con colores que parecen sacados de los Teletubbies y cantan sobre su fe en videoclip con efectos especiales cutres que parecen rodados en el ya arcaico Betamax. Este grupo son Stella Maris y está formado por las que fueron sus hermanas. Mientras unos escaparon y siguieron adelante, ellas quedaron con su madre encerradas aisladas del mundo. Mucho se ha escrito sobre las comparaciones entre este grupo de la ficción, las Stella Maris, y las Flor Mariae, el grupo real con el que muchos han visto muchas similitudes. Particularmente no conocía a este último hasta que he sabido de su malestar con la serie, pero tras haber visto los siete capítulos puedo descartar que se trate de un biopic encubierto. Al tiempo que no tengo ninguna duda de que el número de visualizaciones de sus vídeos en Youtube se habrá disparado. Por cierto, ChatGPT no las conoce (lo digo porque se supone que llevan ya unos años en activo) pero no tengo duda de que en las próximas actualizaciones las va a conocer.

Aunque la trama es el trauma de los dos protagonistas, es el personaje de su madre el que lo domina todo, al igual que dominó sus vidas en su más tierna infancia. Si en La Veneno, tres actrices eran las que se encargaban de interpretar a la diva trans de los 90, aquí tenemos a un nuevo trío para encarnar a Montserrat. Ana Rujas, Lola Dueñas y Carmen Machi son los tres rostros del mismo personaje como si se trataran de una Santísima Trinidad. Con Rujas conocemos los años en los que esa madre de dos hijos trata de sobrevivir sola después de haber dejado a su marido. La actriz ya tuvo un personaje, también de la factoría de los Javis, que sufría una experiencia religiosa que la hacía alejarse de la mala vida para pasar a un territorio más místico en Cardo. Es a Lola Dueñas a quien le corresponde encarnar los momentos más terroríficos del personaje, cuando hace creer a toda su progenie que habla directamente con Dios y que están destinados a salvar al mundo. Llama la atención cómo los musicales clásicos norteamericanos se siguen usando para mostrar el contraste con entornos más apocalípticos. Posiblemente, alguno ya no verá de la misma manera Cantando bajo la lluvia. A Carmen Machi le toca los momentos del presente de la serie. Actriz que no puede faltar en todo gran proyecto del momento y que en 30 Monedas ya nos había mostrado que podía dar mucho miedo.

Durante años, su progenie ha vivido aterrorizada pensando que cuando su madre muera acabará el mundo."Todo lo que he hecho, lo he hecho por vosotros", dice el personaje de Ana Rujas a sus dos hijos con los que huía de un marido maltratador. Tras dar tumbos por la vida es cuando encuentra al personaje interpretado por Albert Pla, que la hace encontrar la fe. ¿Ha sido un momento de redención? ¿O ha encontrado un método para que sus hijos estén siempre con ella y protegerlos de un mundo del que ella ha conocido alguna de sus peores caras?