¿Tienen alma los crustáceos?, ¿la poseen los moluscos?. Esta importante cuestión navideña fué debatida ayer en la segunda semana "Degustación por doquier", certamen patrocinado por las autoridades del lugar. Efectivamente, la importante reflexión se inició delante de una suculenta variedad de crustáceos decápodos y de moluscos bivalvos. La ocurrencia surgió al introducir el mosén una docena de langostinos tigres vivos en agua hirviendo. Como quiera que los animales mostraron extrañeza ante la posibilidad de ser cocidos, y de esta manera lo sugirieron al tratar de nadar en tan procelosas aguas, el debate se inició sin mas demora. Ante un plato de almejas vivas y dos chorritos de limón surgió la idea de si terminación nerviosa o anímica como reacción al àcido. Entre cabezas de gambas, camarones hervidos y almejas a la marinera, prosiguió el debate. Al finalizar y como había corrido buen vino, se llegó a conclusión positiva. De tal modo, el dictamen, sin ser concluyente, asevera la posibilidad de que efectivamente los crustáceos, gasterópodos, moluscos y cefalópodos tengan alma. Y que con seguridad, está igual de sabrosa que el resto de su cuerpo. Tras el debate, el público asistente, festivo y elocuente, procedió a eructar con amabilidad.