El ayuntamiento de Alicante ha puesto en marcha un sistema novedoso contra el abandono de excrementos de perros en la vía pùblica. De hecho, nos consta que cayó una multa de 200 euros a un ciudadano que olvidó recoger la caca de su can. A mí lo que realmente me atrae de la cuestión es la infraestructura logística que pone en marcha la concejalía correspondiente. Veamos: dos inspectores de la empresa de limpieza , (de paisano, se dice), un coordinador municipal, un oficial y cuatro policías locales. Todo un comando de acción listo y presto a perseguir perros cagones y dueños de perros cagones.

Porque el modus operandis del comando es el siguiente: Se localiza un área determinada, (dígase parque público), los inspectores se situan estratégicamente, (con gabán, sombrero de ala ancha, fumando y con un periódico abierto), y vigilan a los ciudadanos que pasean a sus perros. Después, controlan con el rabillo del ojo si el ciudadano recoge o no la deyección de su mascota. En caso negativo, zás, fotografían al infractor, al perro y a la caca del suelo. El siguiente paso es avisar a los policías, y el de éstos, proceder a denunciar al infractor.

De esta situación berlanguiana, surgen varias preguntas. Los inspectores de la empresa de limpieza, ¿son inspectores de evacuaciones?, acaso, al convertirse en fotógrafos ocasionales, ¿no se convierten en fotógrafos de inmundicia igualmente?. ¿Se necesita preparación técnica para el puesto de trabajo a desempeñar?, esta preparación...¿se podría coniderar preparación específica de mierda?.

Dada la brillantez de la idea, el plan escatológico se rematará con una dirección mail donde cualquier ciudadano podrá enviar anónimamente fotografías "delictivas" de los perros cagones y sus dueños. ¿Un mail caganer?........., dada la brillantez, decía, propondremos un concurso con premio a la mejor foto, a la peor excrecencia, o a las ordenanzas desornenadoras, todo es proponerlo..