e peina por detrás más que por delante. Excéntrico que es uno, además usted no ha leído nunca a de la Serna, sepa que nos miran más por detrás. Tiene razón, no seré yo quien discuta, por eso se plancha bien la raya del pantalón y la camisa o chaqueta trasera. ¿Cuantas veces ha mirado usted fijamente los ojos de alguien?, apuesto que sobre ese mismo culo lo ha hecho muchísimas veces. Las mujeres conocen bien tal condición, ellas planchan a conciencia sus espaldas. De hecho creo que en realidad nunca estamos de cara como nos explican, ni en las aulas, los despachos, trabajos o conferencias. Siempre hacia atrás, con los interlocutores inversos, al contrario.

Esta conversación desvariada la sufro estoicamente a media tarde, con el segundo café bullendo en el esófago. Vale, de acuerdo, tengo prisa. Al darme la vuelta me siento observado, mierda de conversación.