Apoyo el vaso con café sobre una revista doblada apartando facturas amontonadas. Pura prosa, cielo amoratado, dolor de músculos, aroma a pan tostado. Las noches se suceden atrapadas en insomnio constante, alucinaciones y vértigos que acabarán siendo textos en el procesador. Acabo desechándolos, quién sabe cuantísimo trabajo echado por la borda de la papelera de reciclaje. De estos menesteres sólo conocen los escribidores en conflicto, lo advertía Kafka: "mi miedo es mi sustancia, y probablemente lo mejor de mí mismo."

Ah Kafka, es rara la semana que no aparezca en mi vida. "Lo que necesitamos son libros que hagan en nosotros el efecto de una desgracia, que nos duelan profundamente como la muerte de una persona a quien hubiésemos amado más que a nosotros mismos, como si fuésemos arrojados a los bosques, lejos de los hombres, como un suicidio; un libro tiene que ser el hacha para el mar helado que llevamos adentro".....

"Cuándo fui Kafka" es un sueño convertido en relato al que hice desaparecer de las grafías y nunca de mi mente. Podría decirse que es un título esperando un folio, un folio que agoniza letras, letras que buscan arquitectura, arquitectura que necesita tumba.

Es domingo lento, de esos dónde los pájaros no pían hasta las diez y el cielo se entretiene borrascoso. Conmemoraciones y cotidianidad, un domingo de carraspeos que aprovecho a primera hora: estirar el cuerpo, bostezar, repasar pensamientos, ojear prensa, cortarme las uñas, tomar medicinas....

No se porqué (quizás por culpa de Kafka) me vienen a la cabeza todos los pasajeros desaparecidos del mundo, una fila enorme de ahogados, desmembrados, quemados, dando vueltas en corro. No hay más misterio que la naturaleza del intríngulis, del porqué de las cosas, no hay más misterio que el motivo empírico, la razón, el contraste........ no se porqué, (quizás por culpa de Kafka), Vila Matas está en la fila, alto y desgarbado buscando sus gafas obscuras y rotas, una canción, un poema, un minuto de silencio por la cuenca vacía de sus ojos..........

Respiro, toso. Creo que andas descalza, no hay imagen más perfecta que verte descalza volando por el salón. Gimnasia, sudor, risas y cervezas... no lo escribas, que siempre escribes todo, no escribas estos secretos, profundidades, no hables de entrañas, ni de carne, ni de salivas, habla de vistas, de la mar revuelta, del viento azotando la terraza, los tendederos con pinzas para pezones, no cuentes los significados de esta estrategia de abrazos, ni las horas abducidas en penumbra, ni la música al oído, no lo cuentes...... vuelvo a toser.

Otra vez las tantas, ya es tarde, siempre es tarde: otra vez el maestro... "Esta sería una buena ocasión, se dijo, de dejarme llevar por la desesperación, si me encontrase aquí por efecto de la casualidad y no por mi voluntad" ..., otra vez.