Kaeso Fabius hace de narrador omnipresente a unos cinco metros del magistrado local, quien justo se despierta, se coloca la toga y arranca su día atendiendo a una gran rama clientelar. Todo sucede bajo lo que fue Lucentum, la ciudad romana que tenemos la suerte de conservar en el barrio de la Albufereta. Y no, nadie ha viajado en el tiempo más de dos mil años. Kaeso, en realidad, es Rubén Ríos, presidente de la Asociación Hispania Romana, y toda este «jaleo» de trajes y público es parte de las «III Jornadas de Recreación Histórica» que organiza el Museo Arqueológico de Alicante (MARQ).

Eras las 10.30 horas de la mañana cuando alrededor de cincuenta personas contemplaban atentas, e interactuando a través de preguntas curiosas, cómo el magistrado, el equivalente jerárquico al alcalde en la actualidad, hace el clásico ritual mañanero de la época romana. Esta es la primera parte del recorrido que organiza la asociación de Ríos, quien cuenta paso a paso a los espectadores, sin perder detalle, cómo eran la vida y las costumbres por aquellos tiempos.

El magistrado, ya espabilado, continúa en una parte con el transcurso de su día mientras el grupo de asistentes se pone en manos de legionarios que explican sus armaduras entre pequeñas demostraciones. No lo hacen de cualquier forma, la rigurosidad histórica es un ingrediente importantísimo. «El valor de esta actividad es que se ajusta a los textos y a los materiales que conocemos de la época», cuenta Manuel Olcina, director del MARQ. «No es una invención, se acerca mucho a la realidad que fue», añade el director.

El plato gordo del encuentro, que hoy se repite a la misma hora con un precio de entrada de tres euros, vino justo después. Marco Popilio muere y llega el momento de su funeral. Los integrantes de Hispania Romana, desplazados a Alicante desde distintas localidades de España, pasan a escenificar cómo era este ritual por aquél entonces. «Hacemos una pompa (procesión) antes del entierro, que siempre tenía que acabar fuera de las murallas. Dentro, estaba prohibido enterrarles», apunta Ríos. Lucentum cerró la jornada de ayer con unos juegos de gladiadores pagados por el heredero de Popilio.