Las galerías de ARCO certifican el buen momento del mercado del arte, tras dos jornadas dedicadas al público profesional, caracterizadas por las «buenas ventas» y el «entusiasmo» de los coleccionistas, según reconocen todas las galerías consultadas.

Aunque la tónica general es positiva, alguna galería cree que quizá este año las ventas han ido un poco más despacio, no tan rápidas como en los dos años anteriores, que batieron todos los récords.

La feria, que ayer cruzó el ecuador de su programación y abre las puertas al público general, vive ajena a la crisis del coronavirus, y solo se han visto por la feria a un par de visitantes con mascarilla. Desde primera horas la feria se llenó de estudiantes y publico familiar, y en algunas galerías era difícil moverse. Las más de 200 galerías que participan están muy contentas con la marcha y no han notado menos afluencia de coleccionistas por la epidemia.

La Malborough por ejemplo, nada más abrir el jueves vendió a un coleccionista por teléfono una de sus obras más caras, un tríptico de Antonio López, Rosas de Invierno I, II y III, por 300.000 euros. La Fundación ARCO ha adquirido una serie de obras sufragadas con la recaudación de la cena benéfica que celebra cada año. Entre las piezas elegidas, se encuentra obras de June Crespo (galería Carreras Múgica), Caroline Achaintre (Arcade), Anna Bella Geiger (Galería Aural); Feliza Bursztyn (Casas Riegner) Carolina Cayzedo (Francisco Fino), y Nohemí Pérez (Instituto de Visión).