El Nobel de Medicina ha distinguido este año a tres científicos por el descubrimiento del virus de la hepatitis C, un hallazgo que ha hecho posible el desarrollo de nuevos test sanguíneos y de medicinas para hace frente a un problema de salud global. Los estadounidenses Harvey J. Alter y Charles M. Rice y el británico Michael Houghton fueron distinguidos por la Asamblea Nobel del Instituto Karolinska por su «contribución decisiva» en la lucha contra la hepatitis por transfusión, causante de la cirrosis y el cáncer de hígado, que ha permitido salvar «millones de vidas».

«Por primera vez en la historia, la enfermedad puede ser curada, aumentando las esperanzas de erradicar el virus de la hepatitis C de la población mundial», señala el fallo, que resalta que mueren más de un millón de personas al año de hepatitis por transfusión, una preocupación para la salud global comparable a la tuberculosis o al VIH. La ciencia concluyó en los años cuarenta del siglo XX que existían dos tipos principales de infecciones hepáticas: una transmitida por agua o alimentos contaminados (la A) y otra, mucho más amenazadora, que se contagiaba por la sangre y fluidos corporales. Dos décadas después, Baruch Blumberg descubrió que una forma de esa segunda clase de hepatitis era causada por lo que se llamó virus de la hepatitis B, un hallazgo que permitió el desarrollo de test y de una vacuna efectiva y que fue premiado con el Nobel de Medicina en 1976. En esa época Alter, trabajando entonces en la sanidad pública estadounidense, se percató de que un número importante de personas que recibían transfusiones de sangre desarrollaban hepatitis debido a un agente infeccioso desconocido. Luego demostró que la sangre de esos pacientes podía transmitir la enfermedad a chimpancés y que ese agente tenía las características de un virus. Después de una década de esfuerzos infructuosos para tratar de aislar el virus, Houghton recurrió a una estrategia innovadora, creando una colección de fragmentos de ADN de ácidos nucleicos encontrados en la sangre de un chimpancé infectado, a partir de la que se pudo identificar el virus.