Miro mi gastada agenda personal y noto con tristeza cada vez más frecuente las ausencias de amigos y seres queridos que dejaron para siempre su existencia en este mundo. Un mundo complejo, siempre cambiante y a veces injusto.

La vida es como una genuina e irrepetible obra de teatro, parecida a un singular libro donde el maravilloso milagro de existir tiene presencia, en el que los capítulos iniciales de este libro son generalmente felices y aprendemos a jugar, a conocer y a sentir la experiencia de nuestro propio ser, en relación con nuestros semejantes y nuestro entorno. Un libro de la aventura de vivir, a veces extenso, en otras ocasiones de menos amplitud, pero siempre apasionante, con páginas de contribuciones personales hermosas, desaciertos, contenidos dichosos, excitantes o también tristes.

Vuelvo a ojear mi vetusta agenda y soy consciente de que ya nunca la podré utilizar para poder llamar y conversar por teléfono con Javier Soler, Manuel Baeza, Pepe Bauzá, Ernesto Contreras, Adrián Carrillo, Salvador Soria, Sixto, Arcadio Blasco, González Santana, José Vicente Mateo, Gregorio Hernández (Goyo), Arturo López, Margot, Polín Laporta, Amparo Escrivá, Paco Baños, José Marín Guerrero, Rafael Prats Rivelles, Paco Meléndez, Juan Antonio Ramírez, Lorenzo Hernández, Ceferino Moreno, José Jardiel, Paco Pastor, Enric Solbes, Llorenc Pizá, José Antonio Cía, Tomás Martínez Blasco, Sergio Valseiro, Enrique Cerdán Tato, Adrián López, Vicente Ramos, Enrique Lledó, Fina Solbes, Juan Antonio García Solera, Juan Guardiola Gaya, Mario Candela, Alberto Agulló, Kevin Power, Pablo Lau o Segundo García. Personas, intelectuales, artistas y amigos fallecidos a los que siempre aprecié por sus ejemplares contribuciones a la cultura de un tiempo compartido.

El pasado verano murió el pintor Manolo Manzanaro y, en el inicio de este 2021, hoy día 5, víspera de Reyes Magos, los familiares y amigos hemos dado el último adiós a la ceramista Maricarmen de la Fuente que, a los 72 años se nos ha ido para siempre, dejándonos a muchos que la conocimos una imborrable huella.

En la primavera de 1984, para el prólogo del catálogo de la muestra de cerámicas de Maricarmen de la Fuente y Ángeles Antolí en la CAPA de Alcoy, nuestro inolvidable y entrañable pintor Gastón Castelló (dos años antes de su muerte), con su nobleza de espíritu y en grafía manuscrita escribiría: «Dos jóvenes artistas que su temperamento las ha llevado por los exquisitos caminos del arte puro. En sus obras hay sutileza y entrega…». Desde entonces, ambas ceramistas compartirían estudio y amistad, formando grupo activo, junto a los artistas María Ponsoda, Amelia Lledó, Paco Cantó y Nuria Fernández en estrecha comunicación con el escultor y ceramista Adrián Carrillo. Desarrollándose durante esos energéticos años 80 y siguientes una auténtica eclosión con múltiples exposiciones de los ceramistas alicantinos.

Destacaremos de ese tiempo la muestra organizada por el Ayuntamiento de nuestra ciudad: Diez ceramistas en Alicante (1988), en la que participarían Maricarmen de la Fuente, Ángeles Antolí, Luis Cámara, Beatriz Candela, Matilde Carbonell, Morán Berruti, Maricarmen Naranjo, María Ponsoda, Sol Pérez y Arcadio Blasco como célebre referente. Otro proyecto cerámico realmente interesante, en el que participaron las mujeres ceramistas anteriormente mencionadas y el único varón ceramista Morán Berruti (con la excepción de Luis Cámara y Arcadio Blasco), fue Espai de Llum, organizado por la Universidad de Alicante en la primavera de 1992, bajo el comisariado de Antonio Mula, en el que las obras, a modo de columnas sobre un manto luminoso de blanca sal, serían inicialmente expuestas en el Palacio Gravina de nuestra ciudad y, después, pasarían a formar parte de un conjunto cerámico permanente en el campus de la Universidad de Alicante, donde actualmente se pueden contemplar.

En este contexto de gran actividad de los ceramistas en Alicante, Maricarmen de la Fuente será una artista de formación autodidacta, que desarrollará una continuada e intensa actividad movida por su temperamento apasionado, en obras en las que, como menciona Gastón Castelló, hay «exquisitez, sutileza y entrega». Poseyendo un gran dominio técnico para utilizar los diversos materiales cerámicos como el gres, porcelana, refractarios, etc., lo que le permitirá a nuestra artista abordar destacados y ambiciosos proyectos profesionales en colaboración con constructores y arquitectos, como fue la magna decoración en cerámica con elementos geométricos de líneas y círculos (además de otros motivos referenciales), en la fachada de un edificio de casi veinte pisos de altura en Benidorm (Residencial Paraíso, 1989).

Últimamente, en el Club INFORMACIÓN de nuestra ciudad, se ha celebrado una exposición con el título: Homenaje a mujeres decididas y valientes, referida al papel e importante aportación de las mujeres de la historia en general, cuya metáfora de este título bien podemos asociar, particularmente, a nuestra decidida, valiente e inolvidable ceramista vallisoletana afincada en Alicante Maricarmen de la Fuente, una apasionada luchadora del arte, gran cultivadora de la amistad, que supo sembrar y cosechar gratificantes frutos con su trabajo y generosa manera de ser. Una mujer que en su estudio en las afueras del El Altet, nos solía reunir con frecuencia a los artistas para el trabajo, la conversación cultural y la alegre celebración de la vida compartida. Aún en la tristeza y lo injusto que han sido los últimos años de su vida, por sufrir la terrible enfermedad de alzheimer, Uno imagina y casi percibe que, desde la paz de ese misterio infinito al que se ha ido, nuestra ceramista amiga sigue moldeando su pasión vocacional e irradiando la energía y el afecto que en vida siempre nos dio a los que tuvimos la suerte de estar cerca de ella.