Si la semana pasada la gestión -no la conservación patrimonial- del Castillo de Santa Bárbara de Alicante pasaba de Cultura a Turismo, esta semana es Turismo el que cede a Cultura la planta baja del edificio de la antigua estación de autobuses de Alicante. Con este cambio, el departamento que encabeza Antonio Manresa suma un sala más dedicada a la cultura, algo que era necesario por la carencia de espacios para este fin en la ciudad.

El inmueble, ubicado en la Plaza Séneca, supone «una oportunidad» de programar más cultura, apunta Manresa, que se ha fijado convertir este espacio en «una sala multiusos», un centro «polivalente», que acoja exposiciones de arte, pero también de temas «emergentes, actuales, que no estamos tocando en las otras salas municipales», afirma. «Vamos a centrarnos mucho en el medio ambiente, la ecología urbana y vamos a intentar combinar esto con música y artes escénicas porque esta instalación se presta a eso, además de contar con los artistas alicantinos».

Para el concejal, el Hall Séneca, que fue rehabilitado en 2014 al trasladarse la estación de autobuses a la zona del Puerto, «será un espacio estratégico para la concejalía» y un complemento «a la Lonja». «Vamos a reactivar culturalmente la zona porque tiene espacio interior y exterior, y además está el refugio», afirma el edil.

El edificio se levanta en la Plaza Séneca, donde se encuentra el acceso a un refugio antiaéreo, «uno de los mejores que se conservan como seña de arqueología de guerra». Esta sala multidisciplinar servirá, según Manresa, «para conformar un nuevo polo de interés que incremente sus actuales atractivos».

Puerta de acceso al edificio. | INFORMACIÓN

Que tenga uso cultural ese espacio -el compromiso con la Hoguera Séneca Autobusos y la presenación de las hogueras especiales continuará- no es algo que sea inminente, ya que pasa por una serie de actuaciones para adecuarlo a las necesidades que requiere tanto mostrar arte como acoger otras disciplinas artísticas. Y también de contar con un presupuesto.

En cuanto a lo primero, habrá que recepcionar la sala una vez aprobada la cesión y luego proceder a su adecuación. «Hay que poner aire acondicionado, paneles para las exposiciones, mejorar el sonido, instalar un sistema que reduzca la incidencia del sol y el calor, también estamos viendo cuándo se puede empezar a trabajar para ir mejorándolo y si es posible hacerlo durante este año». Para ello habrá que hacer un proyecto y licitarlo. «No va a ser inmediato, pero vamos a intentar hacerlo cuanto antes». En cuanto al presupuesto, este año no habrá una partida específica para la sala, «aunque si la tendrá para 2022».

La primera exposición, «que combinará fotografía, planos y documentos», se centrará en el desarrollo del Ensanche, el barrio en el que se levanta el edificio, que fue construido entre 1943 y 1947. «Una exposición de arqueología urbana sobre la formación del barrio, que vamos a hacer con recursos propios del archivo y lo que tengamos de Urbanismo; también queremos contar con la colaboración del Colegio de Arquitectos».

Falta por definir si esta nueva sala seguirá llamándose Hall Séneca o si pasará a ser La Estación de Autobuses. «Voy a hacer una encuesta a los ciudadanos a través de nuestra web y a ver qué dice la gente».