Entre 2012 y 2015, la Concejalía de Imagen Urbana de Alicante promovió el embellecimiento y la recuperación de espacios de la ciudad a a través del arte. El entonces concejal de esta área, Adrián Campos, compró obras de artistas y también puso en marcha convocatorias que fueron dando como resultado una serie de propuestas que se fueron ejecutando en distintos soportes y localizaciones que debían servir para el disfrute ciudadano.

Han transcurrido más de seis años y algunas de ellas nunca han sido sometidas a un proceso de mantenimiento y mucho menos restauración para preservar el patrimonio, ahora dependiente de la Concejalía de Cultura, tras la desaparición de ese departamento con el cambio de Gobierno.

El artista alicantino Juan Carlos Nadal diseñó su escultura Ona específicamente para el túnel que se encuentra debajo de las escaleras del Instituto Jorge Juan. Eso fue en 2015 y la pieza no se ha limpiado ni se ha restaurado «ni una sola vez». Aparte del polvo «y las telarañas», la escultura sufrió el golpe de un camión que provocó un rascado y una abolladura. Tampoco se ha revisado el anclaje de la obra, «aunque lo sujeté suficientemente, habría que comprobar que sigue bien, porque por debajo pasa mucha gente». A esto se añade que la pared está «totalmente desconchada» por la humedad y sobre los grafitis que se han ido realizando a lo largo de los años se ha repintado, «aunque no con el color original que yo puse».

Mural pintado por Arly Jones en el estanque de la zona del golf, totalmente desvirtuado. | MANUEL R. SALA

Hace unos meses, Nadal redactó un plan de intervención para actuar sobre la obra y dejarla en buenas condiciones. Su galerista, Begoña M. Deltell, que lleva más de un año hablando de esta pieza con el concejal de Cultura, Antonio Manresa, lo llevó al ayuntamiento, pero nada.

«La limpieza con una pistola de agua es suficiente porque es de aluminio y la reparación del golpe la puedo hacer yo allí mismo si me bajan el módulo, tal como recojo en ese proyecto, no es algo costoso tampoco», afirma el artista. «Me parece una falta de respeto, no solo a mí, también al ciudadano porque da vergüenza».

Las Palabras para no olvidar, que Esther García Guixot escribió en las escaleras de la calle Empecinado a finales de 2013, resulta que si están en su mayoría olvidadas. O más bien borradas. Esta intervención urbana, incluida en la iniciativa Alacant Public Art de la misma Concejalía de Imagen Urbana, tampoco se ha restaurado. «Redacté un dossier hace medio año para presentárselo al concejal Manresa, pero con la pandemia no ha podido ser».

En esa propuesta, pide «que se vuelva a pintar porque son palabras que dijeron enfermos de Alzheimer para el proyecto», además de que «allí se hace fotos mucha gente, solo hay que ver lo enredes sociales». Para la artista, conservar estas intervenciones «es importante porque se hicieron para embellecer las calles».

Alicante y el arte olvidado

El ilustrador Arly Jones terminó de pintar La infancia, el juego y el futuro a finales de 2013, un impresionante mural de 90 metros que cubría toda la pared frente al estanque de patos de la zona del golf en la playa de San Juan. El proyecto también se incluía en Alacant Public Art. Lo que entonces fue una explosión de luz y color, aparece ahora totalmente descolorido, desdibujado y lleno de pintadas.

«La verdad es que está abandonado», asegura el artista. A los pocos meses de pintarlo tuve que intervenir para recuperarlo y desde entonces nada; tiene pintadas y el sol también le ha afectado mucho». Jones reconoce que «es una obra efímera», pero recuerda que en las bases se recogía que el ayuntamiento debía asumir los gastos que intervención para que las arreglase el propio autor.

Lo que tienen todos claro es que sería necesario que existiera un plan de conservación del patrimonio. Si no se actúa, afirman, «el daño será en muchos casos irreparable».