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El Hércules y la desgana

Había ganas de derbi», como rezaba la convocatoria promocional del partido por parte del patrocinador inmobiliario del Elche y Hércules. Pero los blanquiazules le han quitado esa ilusión a los suyos y han rebajado sobremanera el interés del clásico provincial con su nefasta temporada, muy lejos de la promoción de ascenso y fuera de la disputa de la Copa del Rey.

Es un derbi con dos caras porque, frente a la depresión y este nuevo aire de fin de ciclo de los alicantinos, el Elche quiere darse un homenaje en el Martínez Valero y, a costa de este eterno rival venido muy a menos, seguir creciendo de cara al «play-off» y apurar sus opciones de acabar segundo en la Liga regular.

Aunque el foco ya está puesto en la planificación de la próxima temporada tras dos años consecutivos de fracasos, duele especialmente en Alicante que el éxito franjiverde vaya ligado a dos nombres propios con pasado blanquiazul: el entrenador José Rojo, Pacheta, y el centrocampista de ataque Javi Flores.Los dos, técnico y jugador, salieron del Hércules de mala manera, producto de esas frecuentes decisiones más impulsivas y de cara a la galería que meditadas.

Pacheta fue despedido tras una mala racha de resultados en enero de 2015 cuando el equipo estaba cuarto -«el síndrome Radomir Antic» en el Madrid- y Javi Flores puso rumbo al Martínez Valero el verano pasado, pese a que el club del Rico Pérez no tenía ningún recambio para suplir las dosis de talento del cordobés en la media punta, tal y como se ha comprobado durante todo el curso.

De modo que la falta de estímulos e incentivos para el Hércules le echa mucha agua al vino de este clásico, que dejó muy buenos momentos de sana rivalidad y tensión competitiva en los cruces de la primera vuelta y la Copa del Rey. Con independencia de que en Elche se disfrutará el doble por la mala racha del vecino y ante la posibilidad de infligirle una derrota humillante.

Asi es el fútbol: un juego de contrarios y emociones encontradas. Casualidades del calendario, el derbi provincial coincide con el gran clásico del fútbol mundial en el Camp Nou, en el que tampoco hay gran cosa en juego, más allá de la condición de invicto del Barcelona. El campeón de Liga y Copa frente al finalista de la Champions. Casi nada.En Primera, el Madrid renunció bien pronto a la Liga por pereza competitiva para centrarse en Europa; y en Segunda B, el Hércules ha devaluado este derbi por su flagrante incapacidad para estar con los mejores y responder a las exigencias de su historia y su afición.

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