Hoy es el cumpleaños del capitán del HLA Alicante, Pedro Llompart. Cumple 39 años en un excelente estado de forma física, que él explica por la combinación del trabajo que realiza con su preparador físico, su fisioterapeuta y su nutricionista, además de los servicios que le presta el club. Y aparte de todo eso, nuestro capitán es un excelente exponente de una tendencia muy estudiada en deporte en los últimos veinticinco años: los efectos de la edad relativa (RAE, en sus siglas en inglés). Quienes han nacido en la primera mitad del año parecen tener cierta ventaja en el deporte, como es el caso de Llompart. Hagan la prueba. Piensen en sus deportistas favoritos y comprueben la fecha de nacimiento. Se sorprenderán al ver que la mayoría nacieron entre enero y junio.

Pero… ¿qué tiene que ver haber nacido en enero con ser un buen deportista? ¿Puede influir de alguna manera, siendo dos hechos no directamente relacionados? Si uno juega bien al baloncesto, ¿qué más da cuándo haya nacido? Lo cierto es que no. El deporte se mama desde la más tierna infancia, y ahí las diferencias temporales se notan enormemente. Los nacidos en la segunda mitad del año no suelen ostentar esa ventaja física (en centímetros, en kilos), cognitiva, emocional y madurativa, lo cual influye en su rendimiento, su autoestima e incluso en las oportunidades que se les da a nivel deportivo. Varios estudios han analizado la edad de los futbolistas de la Liga o la Champions, y la mayoría coincide en que aproximadamente el 60% de ellos había nacido entre enero y junio, una tendencia que ha sido identificada en distintos deportes, desde el béisbol y el cricket hasta el tenis, el rugby o el balonmano. Los primeros trabajos aparecieron en las ligas de hockey canadienses en los años ochenta, donde varios investigadores descubrieron que el 40% de los jugadores había nacido en el primer trimestre del año. Después vinieron estudios sobre la Copa del Mundo de fútbol, las ligas de fútbol de Inglaterra, Alemania, Brasil, Bélgica, España… y de baloncesto. Así lo explicaba un técnico navarro: «Los niños de enero arrollan, los de julio compiten y los de diciembre... sobreviven».

A fin de contrarrestar este efecto se han propuesto diversas soluciones como variar los programas de entrenamiento o de detección de talento, los criterios de selección por categorías o el mes de corte para formar equipos. No obstante, el efecto de la edad relativa es una tendencia, no una norma. El HLA Alicante cuenta con enormes jugadores que han nacido en la primera mitad del año, además del capitán: Txemi Urtasun (abril), Edu Martínez (mayo) o Jorge Bilbao (junio). Y sin embargo, necesitamos recurrir a otras claves para explicar el buen rendimiento de Chumi (agosto), Galán (septiembre) o Pitts (octubre): su compromiso con la profesión («la práctica deliberada» es decir, las horas y la calidad del entrenamiento), su capacidad de sacrificio y el afán de excelencia. Factores como el apoyo que se recibe en casa a la hora de practicar deporte son fundamentales, y en eso el Lucentum tiene claros ejemplos como el de Chumi Ortega o el propio Llompart, con sus hijos.

El componente genético juega un enorme papel también en el rendimiento, así como la motivación y las habilidades (innatas o adquiridas) o la confianza en uno mismo, que explican en buena parte el enorme talento de Justin Pitts. Y, como no podía ser de otra manera, los estudios sobre desarrollo deportivo destacan la labor crucial del entrenador. Poco podemos decir de Pedro Rivero que no hayamos dicho antes. El Lucentum no se entiende sin él.

Si celebran su cumpleaños o el de sus hijos estos días, muchas felicidades. Es posible que tengan en casa un futuro campeón. Pero para llegar a ser capitán, harán falta más cosas: el apoyo de la familia, entrenar mucho y bien, creer en uno mismo, desarrollar todas las cualidades y contar con un buen entrenador. Si necesitan algún modelo, no es necesario mirar muy lejos. Pedro Llompart, el base del Lucentum, encarna todo eso. ¡Feliz cumpleaños, capitán!