Desde el año 2019 que el HLA Alicante no perdía dos partidos consecutivos. El equipo de Pedro Rivero se ha acostumbrado a ganar y la derrota provoca una sensación extraña. Ante el TAU Castelló se vio a un Lucentum poderoso, mentalizado y acertado, pero se topó con un rival sublime y un entrenador que tenía estudiado al milímetro al conjunto alicantino. El HLA sacó una de sus mejores versiones, pero da la impresión de que necesitará realizar algún cambio si la economía lo permite para seguir siendo un aspirante serio al ascenso. La Copa del viernes lo medirá con el mejor equipo hasta el momento del grupo A, una prueba importante para calibrar el verdadero nivel en un paréntesis de la competición liguera que vendrá muy bien al equipo de Rivero tras dos resultados adversos. Se ha perdido la superioridad aplastante de los primeros partidos. Pese a ello, el 9-3 es sin duda un balance de super equipo.

JUEGO INTERIOR

El equipo necesita mejorar bajo el aro para recuperar las sensaciones perdidas

No ha sido el principal fuerte del HLA Alicante desde que comenzó la temporada, pero a medida que han avanzado los partidos el rendimiento del juego interior ha ido decreciendo. Jonas Zohore no es el jugador determinante que el año pasado si existía con Bamba Fall. Tiene luces y sombras durante los partidos con buena presencia en el rebote y con rachas anotadoras, pero queda lejos de ser una gran amenaza para los rivales. Su intermitencia, ya que tampoco disfruta de muchos minutos, la cubrió de forma sobresaliente Jorge Bilbao durante buena parte de la temporada, pero en últimos partidos al pívot vasco le está costando ser el que era y es una de las claves de la pérdida de fuelle del equipo. Tampoco Alejandro Galán atraviesa por su mejor momento. Falto de confianza, ante el TAU solo intentó un lanzamiento en los 17 minutos que estuvo en pista. Se necesita del mejor Galán para seguir soñando.

GJUROSKI, LA INCÓGNITA

El balcánico volvió a dar señales de vida, pero se hace de rogar un buen partido

Su aportación en el partido del viernes se resume en dos triples. Muy poco más, aunque ya es algo comparado con los últimos partidos. Gjuroski no escatima lucha y entrega, eso sí, pero no le salen las cosas y los detalles que se le vieron en pretemporada no aparecen por ningún sitio. Tras recobrar ayer sensaciones, la incógnita es saber si se verá de nuevo su mejor versión. El equipo lo necesita para aumentar su amenaza en el perímetro donde suele aparecer en momentos clave Edu Martínez, especialista desde la línea de tres que cumple muy bien su rol en todos los partidos. Es un jugador que desatasca en los peores momentos cuando el rival no lo espera.

URTASUN, EL LÍDER

Su calidad le obliga a ejercer un papel clave en la anotación

Salió a la pista con la lección muy bien aprendida, ser el líder del equipo en la pista con un papel muy activo en ataque. Fue el que más minutos jugó. Tiene calidad más que suficiente para desequilibrar todavía más. Anotó la mitad de los tiros que intentó y aunque en ocasiones pudo finalizar mejor las jugadas, Txemi Urtasun es un jugador vital en el Lucentum.

LOS BASES NO FALLAN

Pitts y Llompart mantienen una gran regularidad

Son los mejores bases de la categoría sin duda y es raro el partido que fallen. Entre los dos sumaron 15 asistencias ante el TAU Castellón. Pitts volvió a hacer magia con 30 de valoración pero en esta ocasión no fue suficiente, mientras que Llompart lanzó un triple en los últimos instantes completamente solo que pudo haber cambiado el signo del partido. Son el alma del HLA y los que deben jugarse esos balones.

¿FICHAJES?

La economía del club marcará si se puede realizar algún cambio para luchar por el ascenso

Parece evidente que el equipo ahora mismo pide algún retoque en la plantilla para ser un candidato serio a luchar por el ascenso. Con el nivel mostrado ante el TAU pocos partidos pueden escaparse, pero a ambición nadie le gana a Rivero y si la economía lo permite, que está por ver en una temporada con las gradas vacías, habrá algún fichaje.

LA COPA, NECESARIA

Cambio de chip después de dos derrotas consecutivas

La final del viernes (19.30) de la Copa Princesa ante el Breogán viene en el mejor momento para cambiar el chip y desconectar después de dos derrotas seguidas por primera vez desde 2019.