Mal año para el grupo de calzado ilicitano Mustang. El resultado de algunas de las apuestas que la compañía había realizado en los últimos años, que llevó a una caída de la facturación en el mercado español y en algunos países extracomunitarios, provocó que la firma de la familia Ros cerrara el pasado ejercicio en números rojos. En concreto, según las cuentas consolidadas que la cabecera del grupo -The MTNG Global Experience SL- acaba de depositar en el Registro Mercantil, el conglomerado cerró 2018 con unas pérdidas 1,86 millones de euros, frente a los beneficios de 215.662 euros que declaró en el ejercicio precedente.

La causa hay que buscarla en la importante caída de la facturación que registró el grupo, que el año anterior ya se había estancado, según comentó entonces la mercantil, por su decisión de retirarse de algunos mercados no estratégicos. En esta ocasión, el descenso ha sido abultado, de más de un 13%, al pasar de 80 a 69,2 millones de euros.

Una caída que se ha concentrado, por un lado, en el mercado nacional, donde las ventas descendieron de 61,1 a 52,3 millones de euros; y en los países extracomunitarios, donde el retroceso fue de más de un 56%, al pasar de 4 a 1,7 millones, según los propios balances de la compañía. Por el contrario, Mustang logró aguantar el tipo e, incluso, mejorar sus cifras en Europa, con un total de 15,1 millones frente a los 14,8 millones que contabilizó en 2017, en línea con su apuesta por centrarse en aquellos destinos con mayores expectativas de rentabilidad.

En este sentido, desde la propia compañía señalaron ayer que «la empresa lleva dos años en pleno proceso de redefinición de su estrategia de negocio», y achacaron los resultados de los últimos años «a diferentes líneas de negocio que no han funcionado como se esperaba». En concreto, desde la mercantil señalaron a las marcas Estefanía Marco -que compraron en 2012 para introducirse en un segmento de mayor poder adquisitivo-; la compañía de moda urbana We Are United (WAU); y la línea de calzado y bolsos que pusieron en marcha junto a Hannibal Laguna.

Ante esta situación, desde Mustang han optado por reordenar su cartera de marcas y poner fin a aquellas menos rentables. Así, dejaron de operar Estefanía Marco y WAU el año pasado, y este ejercicio han hecho lo mismo con el proyecto junto a Hannibal Laguna, según confirmaron desde la propia firma. El objetivo es centrar sus esfuerzos en las marcas Mustang, Mariamare y Sixtyseven que, según afirman, sí han logrado incrementar sus cifras de ventas, aunque no en la cantidad suficiente para que la firma escapara de las pérdida el pasado año.

Ajustes

En cualquier caso, desde la compañía también han puesto en marcha diversas medidas para contener los gastos y mejorar la eficiencia de su estructura, según apuntan en el informe de gestión que acompaña a las cuentas, lo que ha supuesto, por ejemplo, que el número medio de empleados se redujera de 282 a 232 durante el pasado ejercicio. Además, la compañía también ha iniciado un proceso para reordenar sus filiales, lo que le llevó, entre otras cosas, a absorber Forever Retail, con la que canalizaban sus ventas.

La firma logra refinanciar su deuda con la banca

Desde Mustang destacaron ayer los esfuerzos que está realizando la compañía para mejorar su rentabilidad y señalaron que han logrado el «respaldo» de la banca a sus planes. En concreto, la mercantil aseguró que el pasado mes de agosto cerró un acuerdo de refinanciación de su deuda con el «pool» de entidades con el que trabaja, eso sí, sin ofrecer más detalles. De acuerdo con el balance consolidado, la mercantil tenía a cierre del año pasado 37,3 millones de deuda con entidades a corto plazo y otros 3,4 a largo plazo.