Las ventas de turismos y todoterrenos se desplomaron durante el pasado mes de marzo, tras el decreto del estado de alarma por el Covid-19, que cerró los canales de distribución de los vehículos. Así, en el caso de la provincia, las matriculaciones descendieron un 71,7%, al contabilizarse únicamente 2.547 operaciones, frente a las más de 9.000 registradas en marzo del año pasado. Un descenso dos puntos superior al descalabro que sufrieron las ventas en el conjunto del país y que en Alicante resulta especialmente significativo, porque marzo es uno de los meses en que las compañías de alquiler de vehículos sin conductor -las populares rent-a-car- suelen aprovechar para renovar sus flotas, de cara al arranque de la temporada turística con la Semana Santa.

Así, si en marzo de 2019 estas firmas matricularon hasta 5.785 coches, en los 12 días hábiles que hubo el pasado mes sólo les dio tiempo a inscribir 1.595 vehículos, un 73% menos. En cualquier caso, lo cierto es que la debacle fue generalizada y las ventas a particulares también retrocedieron un 66%.

Las principales patronales del sector -Ganvam (vendedores), Anfac (fabricantes) y Faconauto (concesionarios)- coincidieron en señalar ayer que la caída que sufrió el mercado no tiene precedente en la serie histórica. «Vamos a necesitar un plan de choque de relanzamiento del sector que recoja medidas específicas para la automoción y que sirva para recuperar rápidamente el mercado y la producción», apuntó Noemí Navas, desde Anfac. Desde los distribuidores ya se da el año completamente por perdido.