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CORONAVIRUS

Federico Fuster: «Abrir hoteles en las condiciones actuales es inviable»

«La gente debe saber que vamos a trabajar bajo un riguroso control sanitario», asegura

Federico Fuster: «Abrir hoteles en las condiciones actuales es inviable»

Ofertar habitaciones con maravillosas vistas al mar, cocina a la altura de los paladares más sibaritas o precios de escándalo para unas vacaciones de ensueño ya no es suficiente para sostener la promoción turística del sector hotelero. La Costa Blanca se enfrenta al desafío de recuperar el pulso perdido durante el bloqueo del coronavirus en un escenario dominado ahora por la incertidumbre. Federico Fuster, CEO de la cadena HotelsGF, en Benidorm, se muestra convencido de que ofrecer seguridad al cliente será la única fórmula capaz de frenar, en parte, el tsunami de cancelaciones que está arrasando la campaña de verano.

Federico Fuster en un selfie realizado en su oficina del hotel Belroy. Información

«La gente tiene que tener total confianza en los hoteles españoles. Los que puedan abrir deben hacerlo con la máxima garantía sanitaria y necesitamos promocionarlo, que la gente sepa lo que se está haciendo y que trabajamos bajo un riguroso control sanitario», destaca.

Fuster está al frente de una firma que cuenta con cerca de 1.100 camas repartidas entre los hoteles Benidorm Plaza y Belroy, y los bloques de apartamentos turísticos Estudios Benidorm, Apartamentos 2sleep y Apartamentos Roybel. Los alojamientos se encuentran sin actividad desde mediados de marzo y la práctica totalidad de la plantilla se sumó a los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que, hasta abril, han afectado a más de 125.000 trabajadores de la provincia. La situación, al menos sobre el papel, se podría empezar a revertir el 11 de mayo, cuando está previsto que entre en vigor la fase uno de la desescalada del confinamiento y puedan reabrir las habitaciones pero, eso sí, manteniendo clausuradas las zonas comunes. «Sin esos espacios no se puede funcionar. Ademas, si no se permiten movimientos interprovinciales no va a haber clientes. Esperamos que la reapertura pueda hacerse a finales de junio, pero es imposible en las condiciones actuales», apostilla.

El negocio familiar que lidera, fundado en 1956, se prepara ya para acondicionar las instalaciones a la nueva normalidad impuesta por la pandemia. «Estamos esperando los protocolos sanitarios del Ministerio para estudiarlos, aunque ya conocemos detalles. Para mantener el distanciamiento social, por ejemplo, tenemos que redistribuir las mesas del comedor o habilitar nuevas zonas donde se puedan servir desayunos, comidas y cenas. También planteamos modificar los bufés y ofrecer servicio a la carta. Todo ello además del tema de mascarillas, geles desinfectantes y equipos de protección para nuestros huéspedes y empleados, e incluso la posibilidad de comprar test para detectar el virus. Tenemos que afrontar la reapertura con las máximas garantías», insiste.

Cancelaciones masivas

Adecuar los alojamientos turísticos a la realidad forzada por el Covid-19 requiere de una inversión que, probablemente, no se recupere, sobre todo teniendo en cuenta el desplome de visitantes previsto. «Tenemos unas perspectivas de ocupación del 30%, mientras las cancelaciones de reservas hasta julio han sido masivas, de hasta un 90%. A partir de esa segunda quincena no está habiendo muchas, pero eso no significa que no las vaya a haber. Los clientes están a la espera de lo que pase, por eso es importante avanzar en las líneas de actuación que hemos pedido y cimentar una nueva promoción con seguridad y confianza». Con dichas líneas, Fuster se refiere a las peticiones que viene haciendo la patronal Hosbec como bonificaciones de cuotas a la seguridad social, medidas financieras que permitan carencias en el pago de préstamos o reducciones de impuestos entre el sector. «Hay que crear un ecosistema para dejarnos en un coma inducido hasta que salgamos de esta», defiende.

Al borde del despido

En los establecimientos ligados al grupo HotelsGF trabaja en verano una plantilla que ronda los 200 empleados, pero «este año, con la mejor de las perspectivas, lo mismo podemos tener 60 o 70, y si no recibimos algún tipo de bonificaciones tendremos que ir del ERTE al ERE y habrá despidos colectivos», vaticina el CEO.

Mientras tanto, su equipo comercial sigue promocionando las instalaciones para atraer visitantes de cara a un posible verano sin turistas europeos, que representaban el 40% de su clientela. Ofrecen, eso sí, total flexibilidad en posibles cancelaciones y facilidades para que aplacen sus estancias, así como compensaciones en forma de excursiones y otras actividades.

«Probablemente este verano solo tengamos mercado nacional, y es un mercado con un poder adquisitivo que nada tiene que ver con el que teníamos hace dos meses. España es hoy un país mucho más pobre y la realidad turística también será diferente», concluye Fuster.

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