Por mucho que se quiera, nunca se podrá conseguir una economía 100% circular -es decir, capaz de reaprovechar todos sus recursos y de ser neutra en emisiones, como se pretende que sea toda la UE en el año 2050- si no se logra incorporar a esta tendencia al sector de la construcción. Una actividad que acapara el 50% de los materiales que se extraen de la tierra y que supone, junto con la agricultura, el principal consumidor de un recurso tan limitado como es el suelo.

Con el objetivo de empezar a cambiar las cosas y de encontrar soluciones que hagan del ladrillo un negocio más sostenible, el Circular Economy Club (CEC) de Alicante, que dirige Laura Cárdenas, en colaboración con la empresa SEN Innova, dedicó ayer la jornada que celebra anualmente coincidiendo con el Día de las Ciudades a analizar las oportunidades de la economía circular para el desarrollo urbano. Un evento en el que participaron una veintena de representantes de instituciones y empresas del sector, y que contó con la colaboración de Fempa, la Sede de la Universidad de Alicante, AlicanTec y Torre Juana OST, donde se celebró el encuentro.

El impulsor de este centro, Andrés Pedreño, recordó que los fondos europeos para la reconstrucción económica tras el covid-19 tendrán la sostenibilidad como su gran objetivo, y animó al sector a presentar proyectos que incorporen este factor y también la tecnología para transformar la crisis en una oportunidad. «Estamos en un momento bisagra: en pocos meses ha cambiado la mentalidad más que en muchos años y hay que aprovechar ese impulso», señaló el experto.

En la misma línea, el catedrático de Análisis Geográfico Regional de la UA y director de la Sede Ciudad de Alicante, Jorge Olcina, señaló que «la apuesta por la sostenibilidad ya no tiene vuelta atrás», entre otras cosas, por la necesidad de adaptarnos al cambio climático. En el caso concreto de la construcción, recordó el vuelco que ha dado la planificación urbanística en los últimos años. «El territorio no puede acoger todo lo que queramos, no podemos construir un polígono industrial en un lugar que tendrá problemas de inundaciones cada pocos años, o donde no habrá agua suficiente», señaló el experto, que elogió el Pativel, la ley que ha protegido el litoral valenciano, como la más avanzada del país y un ejemplo de cómo se deben tener en cuenta los previsibles efectos del calentamiento global en el entorno. En este sentido, recordó que la nueva Ley de Cambio Climático que tramita el Consell obligará a todos los municipios de más de 2.000 habitantes a elaborar planes para adaptarse a estas transformaciones y mitigar su impacto.

Por lo que respecta a las ciudades, Olcina apuntó que la pandemia ha sido «el bofetón» que nos ha hecho darnos cuenta de la necesidad de mejorar los entornos urbanos, recuperar las calles, apostar por la movilidad sostenible y ampliar las zonas verdes, además de mejorar las condiciones y la eficiencia de los edificios y viviendas, y apuntó la apuesta de algunas ciudades por las «fachadas verdes» para contribuir a estos objetivos.

Reciclaje de escombros

Como ejemplo de lo que ya se está haciendo en el ámbito de la economía circular en el campo de la construcción, el responsable de I+D+i de Aguas de Alicante, Ignacio Casals, citó la construcción del parque inundable de La Marjal, en la Playa de San Juan, donde se reaprovechó la tierra que se removió para crear la lámina de agua para crear colinas. Algo similar ocurre con las zanjas que la concesionaria debe realizar para mantenimiento o mejora de su red. La legislación obliga a que el material retirado se lleve a un vertedero y se rellenen las zanjas con otro procedente de canteras, con el objetivo de que cumpla con determinados estándares y se eviten posteriores hundimientos de la calzada o las aceras. Aguas de Alicante ha apostado por tratar los materiales que retira con el objetivo de que se puedan reutilizar en ese relleno sin necesidad de consumir más recursos naturales.

Por su parte, la directora de SEN Innova, Mayra Lacruz, explicó que ya hay ciudades, como Ámsterdam, que obligan a reciclar todos los materiales de los edificios que se derruyen. Con este mismo objetivo se están potenciando el uso de elementos prefabricados, más fáciles de reutilizar. Por último, la directora de Innovación Ecológica en la Construcción de la Generalitat, Nuria Matarredona, explicó los programas de apoyo del Consell para favorecer esta materia.